sábado, 24 de agosto de 2019

Los heraldos negros: «fermento[s] de Sol»


Abstract:

En  «Nostalgias  imperiales»:  «[Yo  soy]  Un  fermento  de  Sol  /  ¡levadura  de  sombra  y  corazón!»  («Huaco»),  de  Los  heraldos  negros  (LHN),  la  palabra  «fermento»  —vinculada  al  «Sol»  actuando en la «sombra y corazón»— resulta semejante, aunque no  equivalente,  a  fragmento.  En  este  sentido,  y  tal  como  estudiamos en nuestro libro Trilce: húmeros para bailar (2014), el poemario de 1922 no se hallaría «fragmentado» o constituido de «fragmentos» (vanguardia histórica europea), sino, más bien, fermentado o «fermentando» (Inkarrí).Los  «heraldos»,  en  tanto  «fermentos  [de  Sol]»  de  LHN, constituirían una comunidad (jardín de Epicuro) o archipiélago andino susceptible —aunque ya opaco o mestizo— de extenderse de  manera  universal.  Una  reflexión  específica  y  concentrada  —«escena cerebro»— de lo mismo (naturaleza y función de los «fragmentos»)  la  constituiría  Trilce.  Es  por  tal  motivo  que  este  poemario resulta más «abstracto» o «teórico» que LHN.  Por  su  parte,  España,  aparta  de  mí  este  cáliz,  constituiría un  señalamiento  y  reconocimiento  explícito  —ya  universal  y  multitemporal,  en  «[Niños]  si  tardo»—  de  aquel  mismo  archipiélago  andino,  simétrico  y,  acaso,  esta  vez  un  tanto  más  evangélico  o  menos  «pagano»  (pensamiento  amerindio  o  epicúrico) que Trilce.Por  lo  tanto,  postulamos  que  «los  heraldos»  son  «negros»,  al  modo  de  aquel  enterrado  y  activo  «fermento[s]  de  Sol»  del  poema  «Huaco»;  «niños»:  traviesos,  manchados,  embarrados.    Y,  además,  «levadura»  en  cuanto  «niños»  como  significado  de  promesa,  primicia  o  futuro  de  un  mundo  siempre  perfectible.    Niños que sobrevivirán al aborto (Trilce) o a las balas (España, aparta de mí este cáliz) en un ayllu multicultural, multinacional, multitemporal  y  multidimensional  donde  la  vida  alienta  un  continuum.
Palabras clave: poesía, César Vallejo; Los heraldos negros; Inkarrí, fragmento/fermento.

miércoles, 7 de agosto de 2019

El periodista César Vallejo/ Eugenio Chang-Rodríguez (Fichas)

“prosa posmodernista que escribió los últimos 13 años de su vida” (Chang 11)
“publicadas entre 1918 y 1938 conforman un corpus de cerca de 250, de las cuales 178 fueron escritas entre 1926 y 1929 en un promedio de dos semanalmente […] Los rezagos modernistas son evidentes en una crónica suya de 1925 [“Desde Europa”]” (Chang-Rodríguez 12)
“En 22 crónicas posmodernistas se ocupa de la puesta en escena de obras teatrales o de sus autores… Vallejo fue testigo de la crisis del teatro, agravada entonces por el rápido desarrollo de la cinematografía… Vallejo apreció la inyección tonificante del vanguardismo [Seis personajes en busca de un autor] (Chang-Rodríguez 14)
“Influido por Nietszche, el poeta-cronista llegó a creer que el espíritu de heroicidad y el sacrificio personal eran características esenciales del intelectual revolucionario.  Las crónicas muestran cómo el poeta enfrentó los rigores del stalinismo y cómo la revolución no lo satisfizo plenamente […] Sin embargo, al examinarlas rigurosamente, se percibe la concepción espiritualista de la realidad última que subyace en el mundo fenomenológico de Vallejo, el sustrato explicativo de su visión del universo y la complejidad de su arte y filosofía” (Chang-Rodríguez 15)
“A diferencia de Mariátegui, Vallejo, vanguardista desde 1919, cuando escribió la mayor parte de Trilce (1922), fue adverso al surrealismo […] y observa que semejante anarquía y desagregación no se había visto sino entre los filósofos y poetas del ocaso de la civilización grecolatina […] Vallejo le niega su aspecto constructivo y resalta la falta de originalidad de esta pomposa teoría y abracadabrante método  esbozado y condensado por Apollinaire […] cuyos pesimismo y desesperación –etapas y no metas– ‘se perennizaron en su inercia estéril y desarrollaron en el movimiento una psicopatía de bufete y se atomizaron y a la postre lo divorciaron del marxismo con refinamiento burgués’” (Chang-Rodríguez 16)
“Antes y después de ingresar al partido comunista español (1931), Vallejo tuvo expresiones duras para el movimiento hacia el cual abrigó por muchos años un sentimiento ambivalente y contradictorio […] Al ocuparse de “Los doctores del marxismo” [El arte y la revolución], Vallejo fue claro al expresar su independencia de criterio y libertad artística” (Chang-Rodríguez 17-18)
Chang-Rodríguez, Eugenio.  “Las crónicas posmodernistas de César Vallejo”.  Inti, vol 1, n 36 (1992) 11-22.