domingo, 2 de mayo de 2010

Reseña a Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo/ Angélica Serna (*)



Utopía intelectual

Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo es el reciente estudio del poeta e investigador de la literatura Pedro Granados, publicado por el Fondo Editorial de la PUCP. Allí se demuestra, si seguimos la lección de Roland Barthes en S/Z, que todo texto propone su modelo. Se trata de un camino planteado por Granados para encontrar el principio de construcción y de lectura de la propuesta poética del autor de Trilce, entendiendo su obra como un lenguaje poético por esclarecer y un planteamiento estético por desempolvar de la crítica que se ha especializado en establecer relaciones entre serie literaria y serie social.

Para ello, el autor nos propone dos conceptos. El primero, “poética”, nos presenta propuestas metatextuales en los poemarios de Vallejo, que involucran el desarrollo de metáforas, perspectivas de escritura y de constitución formal de los textos. El segundo concepto, “utopía”, revela las proyecciones del deseo, las extensiones de los sentidos y, sobre todo, una introducción a la realidad virtual obtenida de la lectura de la obra. Esa realidad, al aseverarse ideal, constituye, en oposición a una realidad fáctica, el universo de posibilidades que el texto produce. En la poesía de Vallejo, dice Granados, se halla la relación entre estos dos conceptos, pero dicha relación es reconstructiva, porque genera una continuidad que cada vez será más compleja y constituirá un discurso visionario “metamorfoseante” y barroco.

Encaminados en esta interesante propuesta de lectura crítica, encontramos en un primer momento a la poética de la “inclusión”, la cual predomina en el poemario Los heraldos negros. La inclusión para Granados es la presentación de la unidad del uno en el otro, es decir, los significantes que se manifiestan con más énfasis en el texto no son los únicos. Las palabras que sobresalen en una primera lectura que se vinculan con las ideas de muerte, enfermedad, tragedia, remiten a otras palabras a las que se oponen. Aquéllas constituirán un primer texto –semióticamente podríamos decir que se trata de estructuras de superficie–; las otras nos permiten acercarnos a otro texto –de estructuras profundas–. En consecuencia, el segundo texto se concebirá como “los Heraldos Blancos”, los cuales ya no nos envían a la muerte, sino a la realización y al efecto que da la vida. Es una utopía entendida como el logro de la continuidad y no de la negación entre estos dos textos: los Heraldos Negros y los Heraldos Blancos.

La poética de la “circularidad” es el segundo eje de estudio que propone Granados. En ella se encuentra la presencia del mar como plano natural y sublime que permite el vaivén, el movimiento y la mutación. La lógica de la circularidad expresa simultaneidad, una voz coral que hace de Trilce un poemario que quiere plasmar, según el autor, la manifestación de una aventura cognoscitiva. Esa aventura, sin embargo, corresponde a un espacio local, a una minuciosa construcción de un lugar específico. En ese sentido, hablamos de una aventura dentro de algunos márgenes que no se desbordan, pero que al encontrar diversidad podrían representar la multiplicación de las unidades (los números) y determinar la posibilidad de una nueva partida o de un cambio. En síntesis, el autor precisa: “La propuesta de César Vallejo en Trilce […] invita a percatarnos de que no podemos evaluar nuestro propio proceso epistemológico una vez que vamos adquiriendo conocimiento y que por esta razón, nuestro conocimiento –sea del tópico que sea (sic)– tiene el rango cualitativo de la epistemología empleada.” La poética de la circularidad propone una utopía de la superación del relato ya conocido, se trata de una reactivación del saber desde el saber.

La última poética propuesta es la que se refiere al nuevo origen. Ella, más que las otras, toma el elemento de continuidad y se vincula con la idea de creación. Ubica al yo poético en un terreno anterior que ya ha resultado estéril. En Poemas humanos se revela las poéticas de la inclusión y la circularidad en tanto enuncian el estado de la humanidad dominado por el origen del padre. Dicho origen supone la creencia en un Dios cristiano obsoleto. En consecuencia, el paso a otro origen, que sería el de la madre y el de las voces de los niños del mundo, afirma el paso hacia lo otro que representaba “los Heraldos Blancos”. Es la utopía de la redención.

Debemos señalar, finalmente, que las poéticas mencionadas responden a un estudio hermenéutico de la poesía de César Vallejo, la cual para Granados es una cantera de hallazgos que no privilegia sólo lo emotivo, sino que alimenta también el interés intelectual. Desarrollar la relación entre poética y utopía implica, entonces, un estudio de lo formal en tanto análisis semántico, retórico, imaginario y lúdico. Los procesos encontrados en la aplicación de la lógica de la inclusión, el principio de circularidad y el hallazgo de nuevos orígenes en tierras ya conocidas conciben la poesía de César Vallejo como un texto total que no tiene quiebres, es decir, que no se adscribe a poéticas condicionadas por factores sociales o políticos. Es, en ese sentido, una poesía de utopía intelectual que permite el diálogo, como lo demuestra este estudio reciente.

(*) Angélica Serna (Lima, 1979). University of Michigan.
Tomado de IDENTIDADES, 21/ 6/ 2004

Asumimos el reto


Asumimos el reto

Una oriflama

Justo a nuestra orilla

Pensar está prohibido

Hasta el baso sientes

Hasta el corazón

Controlas

Cómo ser de esta época

Cómo ser de otra época

--desde estos anteojos--

Hasta la cicatriz

Que cándidamente borras.



Enseñar poesía

Saber torcerle el pescuezo

Al gallo

Menear el culo

Sorber por emergencia

La felicidad en emergencia

No decir, rodear

Y no decir

Mezquinamente

No decir.



Amo a freud

Amo a germán

Ante cuya lápida estaré

Hoy mismo

Un poquito más tarde

Un obrero haciendo psicoanálisis

Un magnífico psicoanalista

Ejerciendo de obrero.

Se equivocó vallejo

Se equivocaba

Partir, entonces,

Justo desde su error

No, desde sus sonados aciertos

Amamos la alegría.

Amamos la noche

Del pensamiento

Y nuevamente la alegría

Ben gala sobre estas oquedades



Poema post Soledad impura (2009).

sábado, 24 de abril de 2010

Apostillas al Trilce de la Biblioteca Nacional del Perú



La copia facsimilar --de un ejemplar dedicado (“Para José María Eguren, con toda mi admiración”)-- se halla completa; no así el original, correspondiente a distinto ejemplar que el anterior, el cual se encuentra mutilado entre las páginas 7 a 10 las que, a su vez, corresponden --acaso de modo significativo para el mutilador-- a los poemas III ( “Las personas mayores”) y IV (“Rechinan dos carretas contra los martillos”).

La tipografía de la escritura del nombre del autor (César A. Vallejo) como la del título del libro (Trilce), sobre la carátula de esta edición de 1922, aparecen romaneadas. Es decir, imitan el perfil de los números romanos sucesivamente antepuestos, del I a LXXVII, a cada uno de los poemas de este libro. También va en romanos la numeración de las páginas que corresponden al famoso “Prologo” de Antenor Orrego (I – XVI); como, además, las cuatro partes del mismo:
I Conocimiento
II Introspección estética
III El vehículo musical
IV La vida circunstancial del hombre

Por lo tanto, autor y prologuista parecieran haberse puesto de acuerdo sobre la conveniencia o productividad de mantenerse fieles a este eje icónico; la de la forma de los números romanos. ¿Simple convención, en Lima, de la imprenta de la época? O, acaso, cierta conexión entre el tema o motivo predominante de Trilce y la forma de aquellos números. En este sentido, proponemos por lo menos un alcance. Los romanos nos libran de dibujar el 8; como sabemos, inexistente entre la ingente cantidad de dígitos que habitan en particular Trilce. Por lo tanto, en el contexto de este poemario, aquella opción --frente a la numeración arábiga-- nos evitaría transgredir un pudor hondo, un decoro radical, algo así como un tabú; ya que el 8 sería nada menos que la imagen o el ícono mismo de la insondable utopía vallejiana. Algo extraordinario que estuviera por suceder y de lo cual dos círculos verticales y unidos --a manera de un 8-- lo simbolizaría. Algo extraordinario, repetimos, que de algún modo lo alude ya --ignoro si en todos los casos-- la tipografía del 9 en Trilce. Este número arábigo, en la edición de 1922, por ejemplo en XXXII ("999 calorías") o LXXVI ("99 burbujas"), pareciera un 8 a punto de cerrarse desde su apéndice inferior o completarse o, por último, ponerse en ebullición... y sólo se queda a "99 burbujas".

Otros alcances existen, por supuesto, y algunos han sido ya ventilados por la crítica; si no en relación a todo el poemario, sí, en cuanto a alguno de sus poemas específicos (ej. Trilce I).

lunes, 19 de abril de 2010

Reconocimiento vallejiano


Estos diplomas se entregaron, a un número significativo de estudiosos de la obra de César Vallejo, el día de la conferencia de William Rowe, “César Vallejo, el acto y la palabra”. Sala Raúl Porras Barrenechea, Congreso de la República del Perú (Lima, 15/ 4/ 10).

domingo, 18 de abril de 2010

El zambo Vallejo


Fundamental escritor dominicano, Armando Almánzar Botello (1956)


Excelente trabajo el tuyo [Trilce, muletilla del canto y adorno del baile de jarana], querido Pedro ! Me recuerda al que realizaron Deleuze y Guattari con Kafka en Por una literatura menor, para demoler el mito de éste como personaje simplemente depresivo, sin vitalidad y ajeno a la vida cotidiana. Ese Vallejo que baila el dolor a través del humor siempre me ha resultado maravilloso... Ya te estoy incluyendo en el poema La Caída (estrofa 11).

jueves, 15 de abril de 2010

“César Vallejo, el acto y la palabra” por William Rowe



(El peruanista William Rowe ofreció la conferencia “César Vallejo, el acto y la palabra” el jueves 15 de abril a las 6:30 pm. (hemiciclo Porras Barrenechea del Congreso de la República). La presencia de Rowe obedeció a la conmemoración, en la fecha, del 72 aniversario de la muerte del poeta peruano)

Rowe dedicó su exposición a la memoria de Pablo Guevara, poeta recientemente desaparecido el cual, junto con Washington Delgado y Javier Sologuren (entre otros escritores peruanos), supieron acompañar desde un inicio el peruanismo militante de este importante autor inglés.

A grandes rasgos, Rowe ventiló toda la poesía vallejiana; es decir, la secuencia o encadenamiento entre Los heraldos negros (HN), Trilce (T) y los poemas póstumos (PP). Para lo cual, acaso de modo paradójico, trató estos textos como si fueran una narración; y, de esta forma, se interesó en el sujeto que enuncia estos relatos. Puntualizó que si bien es cierto el esquema Santiago de Chuco (terruño, hogar, infancia)/ Lima, París (lo ajeno, el exilio, la adultez) fue una constante en toda la obra del peruano; no lo fue así su tratamiento narrativo (espacio-tiempo) en cada uno de los hitos ya mencionados.

De esta manera, a la nostalgia predominante en HN --semejante a la de Abraham Valdelomar-- sucede el tiempo cubista o “granular” típico de Trilce. Es decir, acorde a la sintaxis fracturada de este último poemario, ya no identificamos linealmente el espacio-tiempo de este relato y, por ende, anda también como fragmentada o en distintos planos la arcadia del sujeto (Santiago de Chuco). Rowe menciona la idea de tiempo “mesiánico” de Walter Benjamín --algo que en rigor no es propio del tiempo lineal-- como un concepto productivo para leer este poemario de 1922.

Hasta aquí, HN y Trilce --ambos-- representarían la instancia de la “palabra” y, más bien, los PP ilustrarían lo que Rowe en el título de su conferencia denomina “acto”. Apoyándose en el poema “no vive ya nadie” (“Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las negaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo que continúa en la casa, es el sujeto del acto”), de esta época, el estudioso inglés postula que aquí se recupera el tiempo de la infancia, pero ya no como nostalgia. Lo fantasmagórico o gótico se vuelve aquí material; no es ya el recuerdo, sino las personas mismas las que quedan. El sujeto del “acto”, además, no sería el de la identidad personal, sino de una compartida por todos los humanos. Tiempo-espacio, por último, mesiánico o abierto a la resurrección.

Por nuestra parte, a modo de añadido final a esta sucinta reseña, consideramos que este vallejiano inglés es uno de los más inspiradores del presente y justo merecedor, junto a otras posibles distinciones, de la medalla que ayer le otorgó el Congreso del Perú. Entre sus ensayos dedicados a Vallejo tenemos particularmente uno que nos ronda como un moscardón --el paralelo Vallejo/ William Carlos Williams-- sobre el cual, más bien temprano que tarde, quisiéramos ahondar.

miércoles, 14 de abril de 2010

VALLEJO SIN FRONTERAS/ Miguel Pachas Almeyda


La prolífica labor del escritor y poeta, Pedro Granados –en el campo de la vallejología– discurre en propender por las sendas de la heterodoxia –sin dejar de lado el rigor intelectual, como afirma el autor–, la exegesis de la vida y obra de César Vallejo.

Ha logrado revelar a través de sus obras –Poéticas y utopías de César Vallejo (2004), y en notables artículos como “César Vallejo: al filo del reglamento” y “César Vallejo y su pensamiento cuantitativo” (2005); “El diálogo Borges-Vallejo: un silencio elocuente” y “Trilce: muletilla del canto y adorno del baile de jarana” (2007), y otras más recientes como “Mujer, fatal, compañera y madre en la poesía de César Vallejo” (2010), entre otros– nuevas aristas, nuevas cimas, que implican el descubrimiento de inéditas y vitales corrientes de estudios en las obras del autor de Trilce.

Pedro Granados considera que los estudios que pesan sobre el poeta hasta la actualidad, son cíclicos y por ende, interminables. Advierte que para encontrar a Vallejo en su laboratorio vital, es decir, en su creación incesante de luces multicolores, se hace necesario utilizar aquel prisma, que a la postre nos brinde –como en la ciencia– una real aproximación al conocimiento de este gran hombre que nació, vivió y murió enmarcado en los cánones de un autentico y revolucionario creador.

Vallejo sin fronteras es el rótulo de su nueva obra, título que implica, a mi criterio, lo que significa la vida y la obra de Vallejo en estos tiempos. Ya lo anunciaba el poeta norteamericano Thomas Merton como: “un proyecto de muy grande y urgente importancia para toda la raza humana” (1) Vallejo sin fronteras, puede configurarse como la suma de vibraciones que nos produce el leer y sentir la poesía de Vallejo. Vallejo sin fronteras, nos habla de las dimensiones universales de nuestro poeta peruano en el campo de la literatura. Vallejo sin fronteras, viene a ser el mensaje primigenio del hombre a través de los tiempos.

En Vallejo sin fronteras, Granados se propone –y con justicia– analizar la trascendencia de Georgette Marie Philippart Travers en la vida y obra del autor de La piedra cansada. Postula que “con seguridad [Georgette] fue la primera que creó –en cuanto lectora– un tipo de Vallejo”. Podría agregar, sin temor a equivocarme, que Georgette se convierte en la voz fundamental, como testigo de vida, del verdadero Vallejo: el hombre, el poeta, el escritor. Jesús Cabel afirma que “ninguna [mujer] alcanzó la dimensión de lealtad, antes y después del deceso de Vallejo, que Georgette. (2) David Sobrevilla, retomando las palabras de Antenor Orrego: “El Perú jamás podrá cancelar el bochorno por la muerte del poeta. Este bochorno solo ha aumentado –si cabe– en la enfermedad y muerte de su viuda” (3). Para el polígrafo Marco Aurelio Denegri, Georgette fue “una mujer de armas tomar” (4), Gladys Flores afirma que “Otra perspectiva capital a estimar es la faceta de Georgette vallejista, en tanto se desempeñó como descifradora, estudiosa e investigadora de la obra vallejiana”(5), para Max Silva Tuesta “Sin Georgette no hay Vallejo” (6) y, finalmente, Fernando de Szyszlo considera que era una “persona compleja, difícil, al mismo tiempo era una persona de una sensibilidad a flor de piel, de un profundo sentido crítico para la poesía… (7)

Esperamos con especial expectativa esta nueva obra granadina, la cual contiene el súmmum de interesantes e innovadoras perspectivas de nuestro poeta, que cumple este 15 de abril, setenta y dos años de su desaparición solo física.

NOTAS
(1) MERTON, Thomas. César Vallejo, en Emblems of a Season of
Fury. 1963. p. 135-140.
(2) CABEL, Jesús. Correspondencia Completa. PUCP. 2002. p. LVI.
(3) SOBREVILLA, David. César Vallejo/ poeta nacional y universal y
otros trabajos vallejianos. 1994. p. 208.
(4) DENEGRI, Marco Aurelio. Programa: Función de la palabra 13 de marzo
2009. Canal 7 TV.
(5) FLORES, Gladys. Telúrica y magnética Nº 2, UNMSM. 2009. p.173
(6) PACHAS, Miguel. Georgette Vallejo al fin de la batalla. 2008. p.
28.
(7) Ibídem, p. 332.