miércoles, 27 de junio de 2012

Trilce cuarenta y cuatro



El sol detrás de mi cortina

Potente y luminoso

Solo

El de este piano

Arrimante

Como diría Vallejo

En Trilce cuarenta y cuatro

Piano oscuro

Qué otras palabras

Para este sol

Desnudo

Calato, en el Perú

Arrimante

Él mismo

Arrimado a mi ventana

lunes, 18 de junio de 2012

Congreso Internacional César Vallejo, Trilce y la vanguardia



Cumpliendo con su Plan Literario Anual, la Casa de la Literatura Peruana realizará en el mes de julio dos actividades paralelas: el Congreso Internacional “César Vallejo, Trilce y la vanguardia internacional” y la Exposición “César Vallejo, 120 años de vida”. Ambos homenajes se realizan para celebrar los 90 años de la publicación del poemario Trilce y los 120 años del nacimiento de César Vallejo.

El Congreso Internacional se llevará a cabo durante los días 4, 5 y 6 de julio y se ha convocado a especialistas peruanos y extranjeros, todos ellos expertos en la obra de César Vallejo. Las inscripciones para el congreso ya están abiertas.

El congreso inaugura el miércoles 4 de julio, a las 7 p.m. La inauguración estará a cargo del Dr. Marco Martos, Presidente de la Academia Peruana de la Lengua y Decano de la Facultad de Letras de San Marcos, quien en el Perú, es uno de los mayores conocedores de la obra literaria del autor de Los heraldos negros. El Dr. Martos ha escrito diversos artículos sobre Vallejo y un libro fundamental, Las palabras de Trilce (escrito en colaboración con Elsa Villanueva), donde examina cada poema del libro más internacional de César Vallejo.

Entre los especialistas en la obra de Vallejo, que presentarán conferencias y ponencias, destacamos a los doctores Ricardo González Vigil (PUCP), quien ha preparado, hasta el momento, la mejor edición de la obra poética de Vallejo; Antonio González Montes (UNMSM), autor de artículos y de un libro sobre la prosa de César Vallejo; Manuel Velázquez Rojas (UNMSM); Pedro Granados; Jorge Kishimoto e Irene Vegas García.

Del extranjero vienen dos peruanos residentes en Estados Unidos, Julio Ortega (Universidad de Brown) y José Miguel Oviedo (Universidad de Pennsylvania), quienes tienen una trayectoria importante en el análisis y estudio de la obra de Vallejo. De Europa estarán participando Roland Forgues (Universidad de Pau), Stephen Hart (Universidad College de Londres), Nadine Ly (Universidad Michel de Montaigne) y Marta Ortiz Ginestal (Universidad Autónoma de Madrid), quien es una de las más jóvenes investigadoras de la obra de Vallejo, además de haber preparado una edición de Los heraldos negros (Castalia, 2009), en colaboración con Efraín Kristal.

La Casa de la Literatura Peruana, además, contará con el auspicio de dos instituciones que apoyan el evento: el Grupo Editorial Norma y la Embajada de Francia en el Perú.

La exposición “César Vallejo, 120 años de vida” se inaugurará el 4 de julio, en paralelo con el Congreso Internacional y tendrá una duración hasta el mes de noviembre. La muestra podrá visitarse de martes a domingo, de 10:30 a.m. a 7:00 p.m. Las visitas guiadas son gratuitas.

La exposición tiene las siguientes características: la sala 13 convocará a la Vanguardia, la sala 14 al Grupo Norte y las salas 15 y 16 de la CASLIT mostrarán una línea de vida cronológica de Vallejo con la reproducción de fotografías del poeta, su hogar en Santiago de Chuco y sus fotos en París. Además se exhibirán las primeras ediciones de todos los libros de Vallejo: Los heraldos negros (1919), Trilce (1922), Escalas (1923), Fabla Salvaje (1923), Rusia en 1931 (1931), El Tungsteno (1931) y la traducción que hizo del libro Elevación del autor francés Henry Barbusse (editada en 1931). También estarán las ediciones póstumas de libros trascendentales como Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1939); y sus obras de teatro como Colacho hermanos o La piedra cansada. Asimismo se exhibirá reproducciones de manuscritos, cartas, una estatuilla y una pintura en homenaje al poeta.



Los interesados podrán escribirse de lunes a viernes de 10 a.m. a 1 p.m., y de 2:30 p.m. a 5:30 p.m. hasta el 4 de julio. Las inscripciones se realizarán en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Lima). El costo será de s/.30 para los estudiantes y S/.60 para los profesionales y el público en general. Informes: 4262573 anexo 104.
 

domingo, 3 de junio de 2012

La Cumanäna y Trilce


El trabajo del sello Xendra Music, encargado de la reedición, resulta un verdadero servicio a la cultura del Perú, en tiempos en que la industria discográfica es casi inexistente.

Con motivo de esta reedición, el lunes 4 de junio se realizará la presentación oficial del disco con un conversatorio a cargo de sus familiares y también músicos Octavio y Rafael Santa Cruz, Carlos Hayre, músico de Nicomedes Santa Cruz, el periodista musical Fidel Gutiérrez y el músico Santiago Pillado. La cita es a las 7:30 en el Centro Cultural de España (Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz).


Tomado del La primera: www.diariolaprimeraperu.com



Este libro es fundamental en mi pesquisa de la relación de César Vallejo con la música afro-peruana en el contexto de la modernización del Perú en los años 20 de siglo pasado.

martes, 22 de mayo de 2012

Vallejo in Pieces


“My attempt in this study […] has been to cut into Vallejo´s poetic corpus from a variety of different angles, showing the ways in which its body processes a surrounding modernity through momentary engagements with a series of different  debates and contexts”
Michelle Clayton

Una oportuna difusión del estado de la cuestión vallejiana para un público más bien amplio y, en particular, angloparlante; así podríamos presentar de modo suscinto este meritorio trabajo de Michelle Clayton.  Sobre todo teniendo en cuenta que para la autora, el poeta peruano constituye: “a central figure in Latin American poetics but a stillmarginal figure in the Wester panorama of the modern lyric” (252).

Difusión puntual de los principales debates y pertinente repaso de la bibliografía vallejiana; por no decir, también, de los grandes lugares comunes --o, al menos,  de algunos de los más recientes y  pareciera ya canonizados-- en la recepción  de la poesía de César Vallejo. 

Inspirada en un sugestivo trabajo sobre historia del arte (Linda Nochlin, The Body in Pieces), Clayton se ampara en Stephen Hart (constituye de algún modo, entre todos los especialistas citados, la plataforma constante de la autora) e intenta sacar su libro adelante.  La presencia soterrada de aquel estudioso inglés, sobre todo, en aquello de considerar a Vallejo (de allí sus dobles) un ser culpable y fugitivo.  Otra, aunque más conocida, en aquello de enfatizar la presencia del video en la obra del peruano: “Vallejo´s model in this respect, I argue, was not contemporary poetry but film” (21).

Tal como hemos propuesto en un ensayo ya no tan reciente: “Trilce: muletilla del canto y adorno del baile de jarana”; en cuanto a su experiencia peruana,  a Vallejo no sólo le interesaba lo indígena o indigenista, sino también  lo costeño o  afro-peruano.  Asimismo, a estas alturas, hablar de sus coincidencias con Walter Benjamin, James Joyce y Georges Bataille, dicen bastante  y casi nada.  Y tampoco, ya en cuanto al close reading sobre los poemas, creemos sea  posible o viable seguir insistiendo o argumentando, de modo literal, en base al guano o  al miserable  sueldo de cinco soles que alguna vez recibiera  Vallejo por su trabajo.  Estas últimas son metáforas que pueden invertir radicalmente su sentido y valor, como hemos tratado de demostrar en nuestro libro, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (2004).  Tal como la autora, paradójicamente, asimismo nos lo deja saber:

"But how do we do justice to a poet who was rarely read and little understood in his own lifetime, who has been read too easily in the intervening years as an exemplar of Peruvian representational aesthetics and politics, and who is just beginning to emerge in Anglophone and other contexts as shedding new light on international modernism while connecting to contemporary reflections on the lyric? (15)

Nos aunamos a esta autora, eso sí, en reclamar una urgente y autorizada biografía del autor de Trilce.  Acaso sea la que ahora mismo elabora mi compatriota, Miguel Pachas Almeyda.  Nuevas luces --y sombras-- que todavía no hemos ventilado de la vida de César Vallejo.


Michelle Clayton, Poetry in Pieces: Cesar Vallejo and Lyric Modernity (California: University of California Press, 2011)

sábado, 19 de mayo de 2012

[Águilas al vino]



Águilas al vino

Mi querido Vallejo

Coger la manta

Y desaparecer

¿Qué es la poesía?

Sino comer de esa presa

Y esconder

Esconderse

Y llorar

Involuntariamente

Si yo te dijera

Si él te dijera

Si nosotros te dijéramos

Ya que no existimos

Sin ti

Entre la puerta giratoria

Tu mirada fugaz

Entre todo este barullo

El leve tono

De tu voz

Aspas largas rotundas

Concéntricas

A la vida y a la muerte

Atados

Mi querido Vallejo

A pesar de desplegar las alas

Y cocinar las piedras

Y parecerme el mundo

Un ínfimo ángulo de mi ventana

A aquello adheridos

Al pozo a la belleza

A la lágrima involuntaria

Jugando con la muerte

Entre la muerte y nosotros

Una tácita partida

Compartiendo el mismo lecho

Con ella

Y saliendo de su casa

Sin saber de modo cierto

Cómo hemos de no retornar

Cómo hemos de perdernos

Cómo hemos de hacer

Para extraviar su llave

De nuestras manos

Y su espera

Y sus ojos y su mirada

Que no entienden tampoco

Cómo hemos de despedirnos

De ella

Sin que nos demos ni cuenta

Vallejo

Un avión de papel se abre en el espacio

Y vuela



Otro para "Activado", poemario in progress.

martes, 24 de abril de 2012

Trilce by James Wagner

The 77 poems in James Wagner's Trilce are homophonic translations of César Vallejo’s book of the same name, or at least that was the cathartic process Wagner underwent—in creating them, his versions take on a life of their own. “Titling his book Trilce, James Wagner calls attention to the fact that he used the sound structure of Vallejo’s poems as his matrix—a process that has sometimes been called homonymic (or surface) translation and that Wagner called “auralgraph” in his earlier book, the false sun recordings. It is a form at least as demanding as rhyme & meter and, at this point in history, more likely to generate interesting work. But, as with any form, all depends on what you do with it. James Wagner does a lot.” —Rosmarie Waldrop “Not unlike some of the process in reading Trilce—setting up little boundaries of thought for myself—it struck me too that as in Kafka there is a humor in Vallejo sometimes at his almost saddest—as if in the exaggeration of the plane, emotions are very leveled, i.e., placed next to each other, as equal comrades or equal brothers and sisters—and that, not unlike how Mark Rothko felt about his paintings, James Wagner’s Vallejo ‘translations’ or migrations or journeys feel as though we are walking through objects of emotion, or landscapes of emotion, or contents of emotion. The auralgraphs place a reader truly in the position of being a companion to the poems.” —Michael Burkard "This leaves the translating poet with two options: one, create the best poem possible using the same ‘information’ as the original author; or two, forget the information and try to capture the essential. Most poetry translations fall into the first category, James Wagner’s Trilce falls into the second." —Nick Bredie, from review in Tarpaulin Sky

lunes, 23 de abril de 2012

Trilce: cancionero moderno/ Carlos Fernández y Valentino Gianuzzi


Carlos Fernández y Valentino Gianuzzi

Durante años, lectores y críticos no han dejado de preguntarse por la identidad de “la andina y dulce Rita / de junco y capulí”, la inspiradora de “Idilio muerto”, el conocido soneto de Los heraldos negros. Diferente ha sido, sin embargo, la fortuna de la que César Vallejo inmortalizara como “mi aquella / lavandera del alma”, en el menos difundido, si bien no menos intenso, “Trilce VI”. Muy poco es lo que se ha escrito de Otilia Villanueva Pajares, la novia de Vallejo en Lima, retratada en ese poema y en, al menos, una veintena más de composiciones de la que para muchos es una de las obras mayores de la lírica del siglo XX. Su nombre no se encuentra en el prólogo a Trilce de Antenor Orrego, ni en el valioso trabajo biográfico con el que André Coyné sentó las bases del estudio académico de la etapa peruana del poeta a fines de los años cuarenta.

La “lavandera del alma”, la que podía “azular y planchar todos los caos”, careció de nombre propio hasta el año 1965. Debemos su recuperación, la de todas las informaciones conocidas sobre su noviazgo con Vallejo hasta hoy y un puñado de primeras versiones de Trilce –que revolucionaron la manera de entender la génesis y el significado de la obra– a Juan Espejo Asturrizaga, quien rescató estos datos del olvido en su biografía César Vallejo: itinerario del hombre (1892-1923). No obstante, lo delicado del desenlace de la relación entre César y Otilia, que parece haberse visto obligada a abortar tras la ruptura y ante la negativa de Vallejo al matrimonio, llevó a Espejo a referirse a ella a lo largo de su obra por una de sus iniciales (O.). El nombre íntegro de la musa de Trilce, sin embargo, podía encontrarlo el lector atento en dos poemas de Vallejo publicados como apéndice de la biografía de Espejo: la primera versión de “Trilce XV” y la de “Trilce XLVI”. Por lo que respecta a sus apellidos, el paterno apareció por primera vez mencionado, hasta donde alcanzamos a ver, en un ensayo de Juan Larrea publicado en el tercer volumen de la revista Aula Vallejo (1971). El apellido materno se da a conocer aquí con la esperanza de que sirva para rescatar nuevas informaciones y documentos sobre la musa secreta de Trilce.

Otilia Villanueva Pajares y César Vallejo Mendoza se conocieron en Lima en algún momento todavía no determinado del año 1918, muy probablemente a través de Manuel Rabanal Cortegana, colega de Vallejo en el Colegio Barrós. En septiembre de ese año, tras la muerte del propietario del Barrós, Vallejo y Rabanal toman la administración del colegio, rebautizándolo como Instituto Nacional. Semanas más tarde, el 25 de octubre, Rabanal contrae matrimonio con Rosa Villanueva Pajares, hermana de Otilia. El nombre completo de Rabanal y la fecha de su boda, en la que Vallejo ofició de padrino, son informaciones desconocidas por la crítica, que hasta hoy solo tenía constancia del matrimonio de Rosa, la hermana de Otilia, con M.R. o R., modo en el que se alude a él en César Vallejo: itinerario del hombre. El pliego matrimonial confirma también dos datos que proporcionaba Espejo Asturrizaga: que las hermanas vivían con su madre (Zoila Pajares, viuda de Villanueva) y que la familia era oriunda del norte, de Cajamarca.

Según Espejo, además de Rabanal, medió para que César y Otilia se conociesen otro colega del Barrós, F. B. Tras estas iniciales se halla Flavio A. Becerra Suárez, como lo prueban el pliego matrimonial, donde Becerra figura como testigo, y un artículo de Jesús Angulo Caricchio (“Vallejo…, siempre Vallejo”), en el que se afirma que éste perteneció al plantel del colegio. En ese artículo se reproduce una carta del 3 de octubre de 1918, aparentemente conservada por Becerra, en la que Vallejo solicitaba una acreditación de salud y buena conducta al Subprefecto e Intendente de la Policía de Lima, requisito necesario para que la Dirección General de Instrucción permitiese al poeta convertirse en director del Instituto.

Si las informaciones de las que disponemos sobre el inicio de la relación entre César y Otilia son escasas e imprecisas, todavía lo son más las relativas a su noviazgo, que Espejo describe como “apasionado, vehemente, incontrolable”. No se conoce ninguna carta de Vallejo a Otilia, ninguna fotografía de ambos –ni tan siquiera de ella–, ni ningún otro documento, al margen de los poemas de Vallejo, que nos permita reconstruir su relación. A estos obstáculos hay que añadir la dificultad de desentrañar los elementos biográficos en los poemas de Trilce, circunstancia que se pone de manifiesto en el hecho de que, hasta que Espejo habló de la relación con Otilia, ningún crítico fue capaz de inferirla de los propios textos. Los datos que puso en circulación Espejo y su lectura referencial de los poemas amorosos de Trilce permitieron ver, en buena parte de él, una suerte de cancionero moderno. No obstante, el impacto de la vanguardia sobre la obra dificulta considerablemente la lectura en clave biográfica del ciclo de poemas dedicados a Otilia; más fácil es leer referencias en aquellos poemas de los que se conoce una primera versión, prevanguardista. Lamentablemente no sabemos dónde obtuvo Espejo estas primeras versiones, que, en lo que respecta a las relaciones de Vallejo con Otilia, podrían calificarse como la piedra Rosetta de Trilce. De entre las tres conocidas cabe destacar este soneto en versos alejandrinos, en el que Vallejo parece hacer un balance de su relación con Otilia: “En el rincón aquél donde dormimos juntos / tantas noches, Otilia, ahora me he sentado / a caminar. La cuja de los novios difuntos / fue sacada. Y me digo tal vez qué habrá pasado”.

Espejo Asturrizaga fecha la ruptura con Otilia hacia mayo de 1919. Luego de esta, Vallejo fue despojado de la dirección del colegio por sus colegas Rabanal y Becerra. Pero lo cierto es que su vínculo legal con el colegio parece extenderse hasta abril de 1920, en vísperas de su viaje a Trujillo. Ese mes se publica en la prensa una nota firmada por el poeta que dice lo siguiente: “Pongo en conocimiento del público que, teniendo que ausentarme de esta capital, he traspasado el plantel de enseñanza que con el nombre de Instituto Nacional he dirijido, al señor Manuel Rabanal, quien ha asumido el activo y pasivo de dicho colegio, según contrato especial que hemos firmado en la fecha”.

Las pistas de Otilia se pierden aquí y se ignora si Vallejo volvió a tener algún tipo de contacto con ella. Sin embargo, el recuerdo de esa relación quedó marcado en Trilce y se ha convertido ahora en parte de nuestra literatura.


Carlos Fernández y Valentino Gianuzzi son dos jóvenes investigadores vallejianos. Anteriormente han publicado el libro César Vallejo: textos rescatados.

Trilce VI

El traje que vestí mañana
no lo ha lavado mi lavandera:
lo lavaba en sus venas otilinas,
en el chorro de su corazón, y hoy no he
de preguntarme si yo dejaba
el traje turbio de injusticia.
Ahora que no haya quien vaya a las aguas,
en mis falsillas encañona
el lienzo para emplumar, y todas las cosas
del velador de tanto qué será de mí,
todas no están mías
a mi lado.

Quedaron de su propiedad,
fratesadas, selladas con su trigueña bondad.

Y si supiera si ha de volver;
y si supiera qué mañana entrará
a entregarme las ropas lavadas, mi aquella
lavandera del alma. Qué mañana entrará
satisfecha, capulí de obrería, dichosa
de probar que sí sabe, que sí puede
¡CÓMO NO VA A PODER!
azular y planchar todos los caos.

TOMADO DE: http://www.larepublica.pe/06-11-2011/cesar-vallejo-y-la-musa-esquiva-de-trilce