martes, 1 de septiembre de 2015

Surrealismo/ Dadaísmo en la poesía de César Vallejo


Al respecto, Saúl Yurkievich nos brinda una interesante reflexión: «el surrealismo salvaguarda lo mítico, lo mágico, lo místico, lo misterioso y, en esta dirección, prolonga el vector romántico-simbolista. Mientras que el surrealismo presupone un retorno reparador al orden preindustrial, el dadaísmo decide enfrentar el menoscabo provocado por el nuevo contexto urbano y la sociedad de masas [...] los dadaístas saben que tienen que obrar en el vacío, con horizonte clausurado y al borde del precipicio [...]. Si Pablo Neruda inaugura en la poesía hispanoamericana la alucinada videncia que los surrealistas preconizan, la actitud dadaísta está representada por la movilidad icónica y la mutabilidad verbal, por las torsiones de César Vallejo» (1992: 27-28, subrayado nuestro).
En: Pedro Granados, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo, p.84



¿Alguien me puede dirigir a una fuente de la recepción histórica hispanoamericana al movimiento dadaísta? Encuentro muy bien documentada semejante recepción al futurismo y al surrealismo, pero hasta ahora al dadaísmo, no. Sé que Vallejo ha hecho algunos comentarios sueltos sobre Tzara, pero busco un tratamiento más categórico...

jueves, 27 de agosto de 2015

Mi especialidad en el posgrado de la PUCP


Pedro Granados

Ph.D. Boston University; Mag. Brown University, EEUU
Poesía peruana contemporánea: César Vallejo y Trilce. Poesía hispanoamericana contemporánea (Vanguardia y Posmodernidad). Literaturas en contacto: poesía contemporánea del área andina y del caribe insular hispano (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana). Literatura e internet: redvistas y blogósfera en español. Teoría y metodología de los talleres de creación literaria (poesía y novela corta).

miércoles, 12 de agosto de 2015

Actas del Congreso Internacional “Vallejo Siempre”, Tomo 3 (Reseña)

Entre las varias colaboraciones que resaltan la efemérides o, al final del volumen, el sugestivo archivo de fotos del evento, nos ha llamado la atención --por necesario-- el artículo de Mauro Mamani Macedo, “Tour Eiffel-Kunturwachana: César Vallejo y Gamaliel Churata”.  También, por qué no, el breve ensayo de Camilo Fernández Cozman, “Los argumentos basados en el modelo y el antimodelo en la poesía de César Vallejo”.  Y, por recordarnos lo buena escritora que pudo haber sido María Rosa Sandoval (o “Marie Bashkirtseff”), “Vallejo y María Rosa o los rotos aros de unos muertos novios”, de Teodoro Rivero-Ayllón (a modo de un capítulillo más de la novela de  Eduardo González Viaña, Vallejo en los infiernos).
            El ensayo de Mauro Mamani se propone “explicar la polémica entre Vallejo y Gamaliel Churata sobre la especificidad de nuestro vanguardismo”.  Lo que conlleva ventilar, según aquél profesor sanmarquino: la presencia del autor de Trilce en el Boletín Titikaka[1]; al Vallejo “juzgador” de nuestro vanguardismo [2]; y, por último, la lectura que tiene Churata de la poesía del santiaguino [3].  Respecto a [1], el primer texto de Vallejo allí --su segunda colaboración, un par de poemas de Trilce con una factura un tanto más vanguardista que en la edición de 1922-- es su encomiable comentario al poemario, Ande (1926), de Alejandro Peralta (hermano de Arturo o “Gamaliel Churata”), en los siguientes términos: “Querido y gran poeta […] Su libro me ha emocionado de la emoción de mi tierra […] Siga U. por su vía.  Puede estar seguro que sus poemas quedarán”.  Con el resultado que, por esa misma vía,  Alejandro Peralta publica todavía El Kollao (1934); y hace mal, según Mamani, en abandonarla en sus libros posteriores.  César Vallejo, entonces, escribiendo desde París y fungiendo de crítico: ¿ganado por el sentimiento y la nostalgia?  Podría ser, aunque creemos que en su encomio esto último actúa más como un gesto menor.  Mucho más relevante, creemos, es la perspectiva política o geopolítica que, en la época y ya en Europa, para Vallejo implica reconocer  un poemario como Ande; aunque no es posible que éste ignorara que el poemario de Alejandro Peralta es casi una imitación de su poemario de 1922.  Y, en este sentido, la apreciación de Gamaliel Churata sobre la poesía de Vallejo [3] no deja de constituirse en interesada e incluso cínica al no hacer explícito el carácter estrictamente epigonal del libro de su hermano: “César Vallejo y Alejandro Peralta son los poetas decisivos del Perú.  Ninguno de ellos puede ser imitado con talento; al contrario, fueron víctimas de un incesante saqueo”.  Es más, el mismo Arturo Peralta publicó también poesía y, en este sentido, tal como lo puntualizamos en otro lugar:
El poeta, entre los Churata, es el autor de Ande (Alejandro), no Gamaliel (Arturo).  Es decir, el poeta en estricto, el versificador. Alejandro Peralta, a su vez, influido directamente por Trilce; el franco vanguardista.  Muy al contrario de su hermano (Gamaliel), hechizado por Eguren y, otro tanto, por Apollinaire (el de “Zona”: “sol/ cuello cortado”); sin desprenderse del todo del  modernismo y cierto simbolismo.  Es como si el “Interludio Bruníldico” (1931), del autor de El pez de oro (Arturo) se continuara en la poesía de su hermano.  Virtual tema de estudio este diálogo y complicidad literaria entre ambos hermanos. Acaso Gamaliel discutiera con César Vallejo; pero no Alejandro. […] Muy probablemente (otro sub-tema a cotejar) Arturo Peralta en su poesía jamás dejó de ser Juan Cajal: seudónimo hispánico que aquél usara para acompañar sus poemas de influencia modernista.”
            Respecto a [2], aquella polémica en la cual Vallejo negaba originalidad al movimiento vanguardista mientras Churata, por su parte, asumía su defensa (1927); según Mauro Mamani: “en nuestro vanguardismo no hay calco ni copia sino admiración, respeto y apertura a lo externo, algo que nuestro Vallejo articulista no quería reconocer, pero que sí reconocía el poeta Vallejo, tal como lo hizo con el poemario Ande de Alejandro Peralta”.  ¿Es esto posible?  Vallejo en tanto lector o crítico es siempre “articulista”; es decir, en cuanto tal su discurso es una narrativa de estrategia estética, cultural y política.  En pocas palabras, y como sabemos, Vallejo no creía en indigenismos, sino en deseables obras indígenas; como tampoco estaría de acuerdo en diferenciar entre vanguardismo europeo y “vanguardismo del Titikaka”; ni, mucho menos, en aquella idea del autor de El pez de oro de “fusionar lenguas” (quechua, aymara, español) como forma de encontrar una expresión americana.  Vallejo se halla en esto último a contracorriente, y en observar esto sí --¿de modo acaso inadvertido?-- acierta de pleno Gamaliel Churata: “parece que [Vallejo] siente que el andinismo de la poesía americana no debe ni valerse del topónimo de la montaña ni del fulgor áureo del Intipchuri, y menos de la zoótica aborigen para la vitalización de la metáfora.  Debe ser su indianismo interno.  Esto es, más adivinar el pensamiento del poeta que definirlo”.
En suma, y tal como también ya lo dijimos:
“Una paradoja, que está por desarrollarse y acaso  pasar a enriquecer y problematizar la literatura peruana, es cómo un peruano de segunda generación --que por sus abuelos españoles  es Vallejo-- influencia de modo directo (particularmente con Trilce) la poesía de Alejandro Peralta (Ande, 1926) y […] también la compleja obra dramático-retablista de su hermano Arturo o “Gamaliel Churata” presente en El pez de oro [1927] (1957); y, en consecuencia, movimientos autoctonistas como el que representó y animó el Grupo Orkopata en Puno (1926-1930) y que dirigieron ambos hermanos.


Por otro lado, en tanto al ensayo del profesor Camilo Fernández Cozman, pensamos que toda poesía es argumentativa, incluso la pretendidamente autista y preciosista o de “hedonismo verbal” (Roberto Paoli) del Modernismo, pero no necesariamente bajo la dictadura del verbo o del predicado; al menos que lo de argumentativo lo debamos entender como poema “comprometido” o de tesis.  Vale, también se argumenta en Trilce, pero más allá de las proposiciones entresacadas de ciertas lecturas tópicas y claudicantes del mismo --tipo las de André Coyné sobre la defecación en Trilce I-- que no acierta a confrontar ni menos a matizar productivamente Fernández Cozman.  Justamente, y ahora mismo, se trata de hacer hablar al poemario de 1922 en lo que éste plantea de debate estético, ideológico y cultural--por ejemplo-- en la Lima de la época.  El asunto es cómo hacerlo hablar o desglosar en sus argumentos sin violentar o naturalizar su forma.

miércoles, 15 de julio de 2015

viernes, 12 de junio de 2015

Trilce as Theatre: Script, Characters, Audience


MLA Special Session on César Vallejo Austin, January 2016
Full papers will be posted by 15 December 2015
Organizer: Leslie Bary 

Panelists: Pedro Granados, Alan E. Smith, 
Jonathan Mayhew, Stephen Hart 

Respondent: Michelle Clayton
PAPER 1. “Trilce/Teatro: guión, personajes y público” [Trilce as Theatre: Script, Characters, Audience]. Pedro Granados (Pontificia Universidad Católica del Perú and Vallejo Sin Fronteras Instituto)
This presentation begins by justifying, in terms of theory, methodology and historical context (Lima in the 1920s), a reading of César Vallejo’s collection Trilce (1922) as theatrical or performance text. We identify its script or rather, its fragmentary pattern for improvisation: the myth of Inkarrí. The script contains instructions for the representation of dimensions and space on stage, as well as performance directions for the various characters that appear in Trilce; among these are several heteronyms of the poetic subject. We then consider one of the specific audiences with which Trilce enters into dialogue: the journal Colónida (1916) and the Colónida movement that grew up around it, as well as the broader, less specific, but always contemporary audience that is ourselves, now. Keywords for the paper are Trilce, Colónida, and poetry as theatre.


sábado, 30 de mayo de 2015

En torno a César Calvo y César Vallejo



En torno a un symposium

Al pie de un mal retrato de Vallejo
dirimirán mañana
cuáles secretas sogas del ahorcado
conforman nuestra red. A nosotros
que no investigamos ni el color de las aguas
antes de arrojarnos con una piedra al cuello,
esas dragas inútiles
seguirán importándonos, realmente, un carajo.
Ellos descubrirán
que nuestros versos más inofensivos
producen, además de ceguera,
una enfermedad verdosa
cuyos síntomas se advierten después de la muerte,
achacándolo
a nuestro desconocimiento de los resortes filoso-
ciales de la poesía.
“Fornicaban entre párrafo y párrafo, dirán,
y leían manuales terroristas
en lugar de aplicarse al estudio de Heiddegger”.
Nosotros, entretanto,
aconsejaremos a nuestro bisnietos
el modo de seguir poniendo cuernos
a toda esa partida de cojudos.


De Pedestal para nadie (1970)


César Calvo (Iquitos, 1940-Lima, 2000)
Poeta al británico modo.  Amigo de todos (Alan García, Chabuca Granda, Rodolfo Hinostroza, Perú Negro, etc.).  Dedicó un poema al Gral. Juan Velazco Alvarado.  Viajó mucho y las ciudades que más le gustaron fueron Praga, Rio de Janeiro y Cuzco; Lima, en absoluto. Muy eficaz con las latinas.  Cultivó la poesía para hacerse querer.  También con similar intención su prosa; pero aquí, en sus novelas e incluso conferencias, gana en sobriedad –sin perder eficacia comunicativa– su notable intuición para la retórica y su extraordinario oído para lo coloquial.   Hijo de las bondades y derroches de su tiempo (la idea de la revolución a la vuelta de la esquina, los largos brindis celebrando la amistad, un concepto civil de la poesía) y de las miserias y prejuicios también de su tiempo (ingenuidad incommensurable de lo que es uno, de lo que es la sociedad, de lo que es la poesía).  De pura empatía con los habitantes de su barrio del cercado de Lima, acaso jamás dejó de sentirse un canillita o un roba-autos; en esto se toca con José Watanabe que en sus mejores poemas asoma siempre la sabiduría y la sal de su Laredo.  En fin, hay más que decir, pero no lo decimos; algo más probablemente sobre Las tres mitades de Ino Moxo (1981).  Hasta otra ocasión.

martes, 12 de mayo de 2015

Stephen Hart y Georgette de Vallejo





VIDEO


http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2008/03/16/stumbling-between-several-enemies/

sábado, 9 de mayo de 2015

Amálio Pinheiro a propósito de nuestro André Coyné*

Prof. Amálio Pinheiro de la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo.



Querido Pedro: este "vallejeando" tuyo está rebueno. Me parece que lo  que falta a muchos análisis sobre Vallejo, como lo vas demostrando, es  una suerte de acupuntura melismática en tauxia, que arrastra los  materiales de la risa, el baile y la sexualidad, hacia dentro/fuera  del texto. Claro, con entonación (aquello que el tan olvidado 
no-formalista Tinianov llamaba la "orientación" del poema)  trílcicoincaicolimeña.
 
*
http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2015/02/22/andr-coyn-m-s-de-medio-siglo-con-vallejo/

viernes, 8 de mayo de 2015

VASINFIN en Bahía



Agradezco a  Carlos Bonfim, talentoso investigador y profesor brasileño (UFBA), la invitación a dicho evento.


jueves, 16 de abril de 2015

El Perú y yo


Estoy orgulloso de jamás haber publicado en Hueso húmero.
Estoy orgulloso de que la Casa de la Literatura Peruana
ahora mismo me  evite.
Estoy orgulloso de no ser  un damnificado más
ni  tener que pensar como Antonio Cornejo Polar
ni  como sus discípulos menos.
Estoy orgulloso de no ser un funcionario del sentido común.
Y de haber estudiado en la PUCP
y en BU, aunque sin el membership de ninguna.
Me alegro de no haber sido Antonio Cisneros; casi
iba a decir, ninguno de los Cisneros.  Pero
con Luis Jaime nos cagábamos de la risa,
mutuamente, inmediatamente, sin tener
que usar palabras y acaso
ni siquiera pensamientos.
Me alegro de Adán (Martín) y de Germán (Paulino)
--poeta y hermano mío--
y de mi madre,
mis mentores en esto de la poesía.
Me alegro de las mujeres que he amado
a pesar de mi exceso de amor.
Me alegro de la gente
en los mercados y en las fiestas
donde  veo Trilce.
Y me alegro de ser el mejor lector
que ha tenido César Vallejo.
Pero esto de modo  arbitrario o no serio.
Por joder, como siempre.

domingo, 12 de abril de 2015

César Vallejo: la poesía como vivencia de nuestro tiempo (Reseña)



Julio Ortega
Propensión de la poesía de Vallejo hacia el tiempo futuro; distinto del documental, testimonial, de la experiencia…  tiempo pasado.  El lenguaje por sí mismo lleva el peso del pasado… y se convierte en dudas, por exceso de tiempo aparece el futuro.
“Solo la muerte morirá” no significa matar a la muerte; ni romanticismo ni optimismo ni utopía ni voluntarismo… sino como un exceso del propio lenguaje.  Futuro que está en el pasado [¿mito?]; la humanidad potencial en el lenguaje mismo.  [¿Niños sólo de la República los que cuentan en España,…?] Preocupación actual del autor sobre el tema.

Marta Ortiz Canseco
Líneas (Contra el secreto profesional, Poemas en Prosa) versus simultaneidad (Trilce).  
Tiempo, espacio, linealidad/ simultaneidad, modernidad (velocidad).
Importancia del lenguaje [Pero qué lenguaje, desde dónde, están ya suficientemente manidos Foucault o Nietszche; falta dimensión cultural].  
La simultaneidad [cuatro conciencias… ¿Pariacaca?] va más allá de Bergson.  

Miguel Casado
Carácter apelativo de Trilce… da entidad a su destinatario… plural; se refiere a la soledad, pero no se le siente solo al poeta porque incluye al lector.
Lengua hablada/ escritura.  Ausencia narrativa (jirones de anécdota), a pesar de la madre, Otilia u otras amantes y reclusión en cárcel… ninguno, juntos ni por separado, compone un relato… no se ordenan ni deslindan sus tiempos.
Ausencia de estilo voluntaria: texto sin autoridad [Esta, en particular, es una idea muy bonita y productiva], aunque no se trata de ausencia de riqueza retórica.  No deja de estar presente lo que no se dice con vibración indudable, en tanto secreto [Summers].  Tampoco es un problema su lengua porque es reconocible.  Juego de voces, montaje pessoano.  El terreno de la poesía de Vallejo es el del habla.   
Frente a la repetitivo o  lineal: “por dónde romperás”… como algo positivo… los poemas vallejianos lo convocan; tal cual “el salto por el ojo de la aguja” [Tiempo detenido del escenario o de todo el poemario en tanto epifanía].
Nuevo tipo de objetividad… a lo que Vallejo entendía como “precisión” (entrevista). ¿Poesía pura?  Cuando todos, en Europa, lo incluirían a él en el bando de lo “impuro”. Entonces, rechazo de una lógica uniforme.  Nueva forma de literalidad, indirecta; precisa y asimismo lateral. Escritura corporal frente al destino de abstracción del lenguaje.


lunes, 30 de marzo de 2015

"Una entrevista a César Vallejo olvidada"


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Conversación fue en París, se publicó en Cuba en 1925 y no se sabía más de ella hasta ahora. El poeta habla de la literatura peruana de entonces. Celebra a Manuel González Prada.

Conversación fue en París, se publicó en Cuba en 1925 y no se sabía más de ella hasta ahora. El poeta habla de la literatura peruana de entonces. Celebra a Manuel González Prada.
Carlos Fernández
Valentino Gianuzzi.

En su artículo "La conquista de París por los negros", publicado en Mundial el 11 de diciembre de 1925, César Vallejo escribía: "y si yo he expresado luego, en una entrevista que me hizo últimamente el corresponsal en París de El Diario de la Marina de La Habana, que no tuve nunca la mente de seguir al autor de Relâche [Francis Picabia] ni a escuela literaria alguna, lo hice sólo respondiendo a una pregunta categórica del amable periodista cubano". Vallejo proporcionaba de este modo coordenadas suficientes para localizar el texto que a continuación presentamos y que ha permanecido olvidado hasta la fecha. "La literatura peruana según César Vallejo", como tituló el periodista y dibujante cubano Armando R. Maribona (1893-1964) esta peculiar "entrevista" —de una sola pregunta y con una larga respuesta— y en la que Vallejo manifiesta con bastante detalle su canon de la literatura peruana, se publicó en la columna "Postales parisienses" del 9 de agosto de 1925 (p. 2), en el Diario de la Marina, de La Habana.
LA LISTA DEL VATE
No era esta la primera vez que Vallejo hacía un balance personal de la literatura peruana. Lo había hecho antes en sus artículos "Literatura peruana, la última generación" (El Norte, 12 de marzo de 1924) y, de manera menos incluyente, en "Los escritores jóvenes del Perú" (El Norte, 4 de abril de 1925). En esta oportunidad, Vallejo amplía el espectro de su balance y comenta junto a la actividad literaria de los más jóvenes, la de las promociones anteriores, lo que nos permite conocer, por ejemplo, la alta estimación que tenía por la obra de Manuel González Prada, Francisco García Calderón y Manuel Ascensio Segura. En este mismo sentido, también son novedosas las alusiones a la labor narrativa de Clemente Palma y Manuel Beingolea, considerados dos de los cuentistas más destacados del Perú. Entre los más jóvenes encontramos a bastantes amigos de Vallejo en Trujillo —Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Óscar Imaña, Alcides Spelucín, Federico Esquerre, Juan Espejo Asturrizaga—, y a algunos compañeros en Lima —Ernesto More, Luis Berninsone, José Carlos Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Juan José Lora, Felipe Rotalde, Francisco Sandoval—. Entre los escritores de la última generación debe destacarse especialmente a aquellos no citados en los artículos de El Norte arriba mencionados: Pablo Abril de Vivero, Héctor Velarde, César Falcón, Ricardo Vegas García, Carlos Ríos Pagaza, Angélica Palma, Clodo Aldo López Merino.
En sus palabras introductorias, Maribona parece seguir lo ya afirmado por Juan José Lora en "El dadaísmo: sus representantes en el Perú" (La Crónica, Lima, 20 de junio de 1921), artículo en el que el joven poeta y amigo de Vallejo lo consideraba "el iniciador en América" del dadá. Lora fundamentaba su afirmación de este modo: "Para llegar al convencimiento de mis palabras hay que lograr un elevado plano de sensibilidad, y leer con detención la obra que hace tres años dio a la publicidad Vallejo, con el título de Los heraldos negros. En ella está marcado, con agudo relieve, el intento de liberación rítmica, de concentración emocional, de sugerencia sensacional inmediata, de expresión íntima, que es la acordación total y fundamental de Dadá, el porvenir magnífico del nuevo verso". Es interesante notar que tanto Lora como Maribona se refieren a la originalidad estética de Los heraldos negros, y que ambos se confunden al afirmar que este libro apareció en 1918, y no en 1919. Aunque no vinculada con Los heraldos negros, la filiación de Vallejo con el dadaísmo puede encontrarse también en la primera reseña conocida de Trilce, publicada por Luis Alberto Sánchez, "Dos poetas" (Mundial, 3 de noviembre de 1922); de ella se hicieron eco algunas de las contribuciones a la polémica de Chiclayo que despertó el segundo libro de poemas de Vallejo. Aún más, la segunda edición de este libro, la madrileña de 1930, también mereció un comentario de Pierre Legarde, publicado en la revista parisina Comoedia (12 de julio de 1931, p. [3]) y titulada "Trilec [sic] ou le dadaïsme au Peru". Todo ello nos recuerda que la relación de Vallejo con la vanguardia, y con el dadaísmo en particular, fue subrayada desde su aparición.
¿POEMAS INÉDITOS?
Hacia el final de su crónica, Maribona parece afirmar que presentará poemas de Vallejo —dice que el poeta tiene varios libros inéditos—, pero no se encuentra ninguno en ese número ni en los inmediatamente subsiguientes de El Diario de la Marina. Por ello, no nos es dado discernir si las "primicias" a las que se refiere Maribona son, en efecto, poemas de Vallejo que no se publicaron, o si en cambio se refiere solamente a las opiniones de Vallejo sobre la literatura peruana ya presentadas. No debe sorprendernos, sin embargo, que en el futuro se puedan encontrar más sorpresas vallejianas, como esta, en El Diario de la Marina, o en alguna otra publicación peruana o extranjera. Las investigaciones adicionales están en curso.

Tomado de:
 http://www.larepublica.pe/16-11-2008/una-entrevista-cesar-vallejo-olvidada

domingo, 15 de marzo de 2015