Conversación fue en París, se publicó en Cuba en 1925 y no
se sabía más de ella hasta ahora. El poeta habla de la literatura
peruana de entonces. Celebra a Manuel González Prada.
Conversación fue en París, se publicó en Cuba en 1925 y no se sabía
más de ella hasta ahora. El poeta habla de la literatura peruana de
entonces. Celebra a Manuel González Prada.
Carlos Fernández
Valentino Gianuzzi.
En su artículo "La conquista de París por los negros", publicado en
Mundial el 11 de diciembre de 1925, César Vallejo escribía: "y si yo he
expresado luego, en una
entrevista que me hizo últimamente el corresponsal en París de El Diario de la Marina de
La Habana,
que no tuve nunca la mente de seguir al autor de Relâche [Francis
Picabia] ni a escuela literaria alguna, lo hice sólo respondiendo a una
pregunta categórica del amable periodista cubano". Vallejo proporcionaba
de este modo coordenadas suficientes para localizar el texto que a
continuación presentamos y que ha permanecido olvidado hasta la fecha.
"La literatura peruana según César Vallejo", como tituló el periodista y
dibujante cubano Armando R. Maribona (1893-1964) esta peculiar
"entrevista" —de una sola pregunta y con una larga respuesta— y en la
que Vallejo manifiesta con bastante detalle su canon de la literatura
peruana, se publicó en la columna "Postales parisienses" del 9 de agosto
de 1925 (p. 2), en el Diario de la Marina, de La Habana.
LA LISTA DEL VATE
No era esta la primera vez que Vallejo hacía un balance personal de
la literatura peruana. Lo había hecho antes en sus artículos
"Literatura peruana, la última generación" (El Norte, 12 de marzo de
1924) y, de manera menos incluyente, en "Los escritores jóvenes del
Perú"
(El Norte, 4 de abril de 1925). En esta oportunidad, Vallejo amplía el
espectro de su balance y comenta junto a la actividad literaria de los
más jóvenes, la de las promociones anteriores, lo que nos permite
conocer, por ejemplo, la alta estimación que tenía por la obra de Manuel
González Prada, Francisco García Calderón y Manuel Ascensio Segura. En
este mismo sentido, también son novedosas las alusiones a la labor
narrativa de Clemente Palma y Manuel Beingolea, considerados dos de los
cuentistas más destacados del Perú. Entre los más jóvenes encontramos a
bastantes amigos de Vallejo en
Trujillo
—Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Óscar Imaña, Alcides Spelucín,
Federico Esquerre, Juan Espejo Asturrizaga—, y a algunos compañeros en
Lima —Ernesto More, Luis Berninsone, José Carlos Mariátegui, Luis
Alberto Sánchez, Juan José Lora, Felipe Rotalde, Francisco Sandoval—.
Entre los escritores de la última generación debe destacarse
especialmente a aquellos no citados en los artículos de El Norte arriba
mencionados: Pablo Abril de Vivero, Héctor Velarde, César Falcón,
Ricardo Vegas García, Carlos
Ríos Pagaza, Angélica Palma, Clodo Aldo López Merino.
En sus palabras introductorias, Maribona parece seguir lo ya
afirmado por Juan José Lora en "El dadaísmo: sus representantes en el
Perú" (La Crónica, Lima, 20 de junio de 1921), artículo en el que el
joven poeta y amigo de Vallejo lo consideraba "el iniciador en América"
del dadá. Lora fundamentaba su afirmación de este modo: "Para llegar al
convencimiento de mis palabras hay que lograr un elevado plano de
sensibilidad, y leer con detención la obra que hace tres años dio a la
publicidad Vallejo, con el título de Los heraldos negros. En ella está
marcado, con agudo relieve, el intento de liberación rítmica, de
concentración emocional, de sugerencia sensacional inmediata, de
expresión íntima, que es la acordación total y fundamental de Dadá, el
porvenir magnífico del nuevo verso". Es interesante notar que tanto Lora
como Maribona se refieren a la originalidad estética de Los heraldos
negros, y que ambos se confunden al afirmar que este libro apareció en
1918, y no en 1919. Aunque no vinculada con Los heraldos negros, la
filiación de Vallejo con el dadaísmo puede encontrarse también en la
primera reseña conocida de Trilce, publicada por Luis Alberto Sánchez,
"Dos poetas" (Mundial, 3 de noviembre de 1922); de ella se hicieron eco
algunas de las contribuciones a la polémica de
Chiclayo
que despertó el segundo libro de poemas de Vallejo. Aún más, la segunda
edición de este libro, la madrileña de 1930, también mereció un
comentario de Pierre Legarde, publicado en la revista parisina Comoedia
(12 de julio de 1931, p. [3]) y titulada "Trilec [sic] ou le dadaïsme au
Peru". Todo ello nos recuerda que la relación de Vallejo con la
vanguardia, y con el dadaísmo en particular, fue subrayada desde su
aparición.
¿POEMAS INÉDITOS?
Hacia el final de su crónica, Maribona parece afirmar que
presentará poemas de Vallejo —dice que el poeta tiene varios libros
inéditos—, pero no se encuentra ninguno en ese número ni en los
inmediatamente subsiguientes de El Diario de la Marina. Por ello, no nos
es dado discernir si las "primicias" a las que se refiere Maribona son,
en efecto, poemas de Vallejo que no se publicaron, o si en cambio se
refiere solamente a las opiniones de Vallejo sobre la literatura peruana
ya presentadas. No debe sorprendernos, sin embargo, que en el futuro se
puedan encontrar más sorpresas vallejianas, como esta, en El Diario de
la Marina, o en alguna otra publicación peruana o extranjera. Las
investigaciones adicionales están en curso.
Tomado de:
http://www.larepublica.pe/16-11-2008/una-entrevista-cesar-vallejo-olvidada