Fue a partir de una antología sobre poesía dominicana[1], estando de vacaciones en la media isla[2], la que motivó y activó escribiera un ensayo, “República Dominicana: La poesía que vendrá” (Granados 2001); el cual, pocos años después, se transformó en un libro, Breve teatro para leer: Poesía dominicana reciente (2014a), editado por el recientemente desaparecido René Rodríguez Soriano. Y hoy, luego de dos décadas, es otra antología sobre la materia la que desencadena me avoque al presente artículo. En lo fundamental, se trata de reseñar Indómita & brava. Poesía dominicana 1960-2010, cuyo autor es el poeta e investigador, también dominicano, Manuel García Cartagena.
[1] “Juego de imágenes. La nueva poesía dominicana” (Santo Domingo: Isla Negra/ Hojarasca, 2001) en su 2ª edición, antología preparada por Frank Martínez (Santo Domingo, 1965) y Néstor E. Rodríguez (La Romana, 1971).
[2] “De tanto quejarnos del aislamiento de la literatura dominicana en el Universo no se sabe quién envió a Juvenal Agüero, el poeta peruano, a Santo Domingo, por allá por los años 90 del siglo pasado. Agüero se encandiló con la poesía y con la gente dominicana y se jodió para siempre, que está preso por la guardiemón” (Clodomiro Moquete).
orcid.org/0000-0001-8359-397X

Muy interesante.
ResponderEliminarNo entiendo, la verdad, por que el nombre de un poeta como Jimmy Valdez Osaku no aparece en estos estudios. Concuerdo perfectamente con Granados, a quien admiro y sigo; siempre son juiciosas y objetivas sus criticas y comparto su valoración, por ejemplo, sobre León Feliz Batista y Armando Almánzar Botello y todos los citados; pero me queda ese cuestionamiento antes dicho. Y Jimmy Valdez?
ResponderEliminarEstimado Eli, no conozco a Valdez Osaku; por favor, deme rreferencias. Gracias.
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