miércoles, 8 de octubre de 2014
lunes, 6 de octubre de 2014
Trilce: húmeros para bailar/ Miguel Pachas Almeyda
César Vallejo es un escritor autobiográfico por antonomasia, porque su vida está estrechamente ligada con su obra. Diversos estudiosos han dado cuenta de esta invariable relación que en el caso de Vallejo es una realidad incuestionable. Según Antenor Orrego, Trilce marcó “una superación estética en la gesta mental de América” y que en sus versos el poeta entregaba “una versión más directa, más caliente y cercana de la vida” (1). José Bergamín enfatizó que en esta obra se proyectaba el pensamiento espiritual “y no literalmente, por la palabra, en puras relaciones imaginativas, desnudas del ropaje habitual metafórico, descarnadas así, secamente, como una sacudida eléctrica” (2). Ricardo González Vigil, por su lado, conjeturó que “la fuente central de Trilce” fue el espacio comprendido entre 1918-1922, una “temporada en el infierno, lleno de heridas terribles que agudizaron el desarraigo, la crisis y la angustia” que padeció el poeta por esos años (3). Pedro Granados, complementando las afirmaciones anteriores, afirma que “Trilce es un poemario performático” que sitúa la vida de Vallejo en el contexto social, cultural, económico y político de la Lima de entonces.
Una visión contextualizada, sin duda, de lo que significó y significa Trilce como obra y constancia de la vida limeña de Vallejo, que Pedro Granados propone en su nuevo libro titulado: Trilce: húmeros para bailar. Con esta obra, el autor libera al poeta de ese enclaustramiento de hombre apesadumbrado y derrotado que la oficialidad ha tratado de imponer, y nos brinda a un Vallejo alegre, bailarín y jaranero; es decir, al hombre y al poeta que sabía vivir la vida como cualquier mortal. Bajo esta interesante óptica, el autor considera que es hora de realizar una lectura diferente del segundo poemario de Vallejo, una en la que “no se insista en castigar a Vallejo; en mantenerlo encarcelado; o que lo ate a una noria de postergaciones y decepciones sin fin” (p. 13).
En efecto, ¿Cuál es el escenario donde Vallejo realizó esa acción artística llamada performance y que luego cristalizó en Trilce? ¿Quién o quiénes fueron los personajes que lo acompañaron en esta especie de muestra escénica cargada de una vitalidad extraordinaria? Granados considera que si bien Vallejo no fue nativo del “Cercado [de Lima], Malambo, Monserrate, Malambito, La Victoria, El Rímac o Barrios Altos, tuvo como escenario fundamental a este último barrio mencionado, lugar donde vivía nada menos que su “musa trílcica”, la hermosa celendina llamada Otilia Villanueva Pajares. Los personajes secundarios fueron la gente “negra, zamba y chola” que vivían en los callejones –en plena modernización de Lima– y que gozaban con la música y el baile de moda de entonces como la “marinera limeña o, más específicamente, la resbalosa o refalosa: música y coreografía privilegiada de la jarana, de la fiesta popular” (p. 14).
¿Vallejo bailando marinera en los callejones limeños? Por supuesto que sí, nos imaginamos verlo allí con pañuelo en alto y girando galantemente alrededor de Otilia. Trilce XXXVII, una de las 30 composiciones que dedica a Otilia (de los 77 que posee el poemario), es una prueba contundente. El poeta la había conocido cuando se desempeñaba como profesor en el Colegio Barrós en el centro de Lima. En los versos del poema mencionado, Vallejo nos habla del performance más notable que ha tenido con la amada y que ha dejado escrito para la posteridad: “He conocido a una pobre muchacha / a quien conduje hasta la escena… // Me gustaba su tímida marinera / de humildes aderezos al dar las vueltas, / y cómo su pañuelo trazaba puntos, / tildes, a la melografía de su bailar de juncia…”.
Granados propone que Trilce, aparte de pasar de lo “hermenéutico a lo acrobático”; del “Yo no sé” de Los heraldos negros a una “plasmación semánticamente menos estable”, reproduce en sus versos una “clave de marinera limeña”. Es más, el autor señala que esta obra poética –que pasó incomprendida e incluso ninguneada por la crítica limeña*– “no solo nacería acicateado por la música popular que escuchara y bailara Vallejo”, sino que en su conjunto “reproduciría una situación festiva: musical, literaria y corporal, por ende, a manera también de una jarana”.
Dedicado en estos últimos años a la investigación sobre la vida política de César Vallejo en el Perú, coincido con Pedro Granados en cuanto a que Trilce “es un poemario absolutamente social, político y utópico, aunque no por ello menos erótico, pornográfico incluso, y donde se abren las compuertas a un lenguaje oral y popular…”. Era la época en el que Leguía gobernaba y pretendía hacer realidad su famosa “Patria Nueva”; época en el que a la par del estallido de la clase media, se producía el crecimiento urbano de la capital, pero también se iniciaba el brutal endeudamiento del país. Si bien Vallejo no participaba como un dirigente en los sucesos políticos de la época, era un participante activo en las diferentes manifestaciones estudiantiles que encabezaba Víctor Raúl Haya de la Torre. Prueba de ello es que se le ve (en una fotografía) en una protesta (del 23 de mayo de 1923) organizada por Haya de la Torre en el patio de Letras de la Universidad de San Marcos, tras la muerte de un obrero y un estudiante por las medidas represivas del gobierno de Leguía (4).
Trilce: húmeros para bailar, es un libro que tiene el mérito de brindarnos una versión más cercana y auténtica de la vida y por ende de la obra del genial poeta nacido en Santiago de Chuco. Es una obra que desde el saque gusta por su título, tanto que César Vallejo Castañeda, sobrino nieto del poeta, luego de enterarse de la aparición de este gran libro, me escribió: “¡Este Vallejo si me gusta!”.
A punto de iniciarse en nuestra capital el Congreso Internacional “Vallejo Siempre”, organizado por la Academia Peruana de la Lengua –uno de los congresos más importantes después del realizado en Córdoba, Argentina, por Juan Larrea en los años sesenta–, esta obra de Pedro Granados, prologada por Amálio Pinheiro, uno de los vallejólogos más importantes del Brasil, aparece, sin duda, como una gran contribución para el estudio de la vida y obra de César Vallejo.
* Al respecto, Pedro Granados en su libro titulado ¡Fozy Lady!, una “biografía apócrifa” de César Vallejo, según el autor, señala que “la clave de Vallejo no es el dolor ni lo más decisivo fue el “infierno” que vivió durante cien días en la cárcel de Trujillo. Acaso sí, más bien –agrega-, como otra constante, esa suerte de ninguneo y saboteo que sufrió su poesía por obra del poder pequeño primero (Santiago de Chuco, Trujillo, Lima); y luego, aunque a la larga sea el mismo poder, por el inmenso y transnacional del fascismo que en la en la época se cernía sobre Europa” (p. 61).
Bibliografía:
(1) Orrego, Antenor. Palabras prologales. Aula Vallejo 1, Córdoba, Argentina, 1961, pp. 11-12.
(2) Bergamín, José. (Prólogo a la segunda edición). César Vallejo. Obras completas. Tomo I. Obra Poética. Edición crítica de Ricardo González Vigil. Lima, 1991, p. 223.
(3) González Vigil, Ricardo. César Vallejo. Colección Forjadores del Perú. Volumen 18. Editorial Brasa. Lima, 1995, p. 61.
(4) Bulnes, Gonzalo. Barranco. La ciudad de los molinos. Lima, 1996, p. 242.
sábado, 4 de octubre de 2014
'TRILCE NUEVAMENTE CON PEDRO GRANADOS'/ Vladimir Herrera
Vallejo para Granados y Granados para el contrapunto y la marinera. Dos poetas bajo el mismo signo zodiacal jugando a las escondidas. Pero Granados nos ayuda a hundirnos en la solaridad del vate de Santiago de Chuco, si cabe, y también a caer de pie en una fonda de ritmo y sabor insospechada para quienes habíamos hecho una lectura circunspecta de nuestro poeta universal. Granados descubre el juego y las canicas, con pelos y señales como académico que es, aunque adolezca de cierto gamberrismo. Es el muchacho que toca el timbre de la puerta y corre para encontrarse con algo menos que Dios: esa nada que ríe en el dintel de la época epocal misérrima del tiempo de nuestros padres en Poesía y en Rumba.
Tomado de:
http://lagunabrechtiana.blogspot.com/2014/10/trilce-nuevamente-con-pedro-granados.html
lunes, 29 de septiembre de 2014
Blog de Miguel Pachas Almeyda
Junto con Miguel Pachas Almeyda, y a los lados del busto de César Vallejo, autor de Georgette Vallejo al fin de la batalla (2008).
viernes, 19 de septiembre de 2014
Fozy Lady! do Foz do Iguaçu
P.G., Fozy Lady! (Foz do Iguaçu, Brasil: VASINFIN/ Guardanapo, 2014)
Novela corta que es, de modo simultáneo, una autobiografía apócrifa de Pedro Granados o Juvenal Agüero y una biografía, también apócrifa, de César Vallejo. Traducida por Bruno Melo Martins al portugués. Edición princeps, reducida, artesanal, casi secreta y radicalmente venal (apenas 20 reales) que está a su alcance en Foz do Iguaçu (contactar con Bruno o con la librería Kunda) y que en el Perú, a modo casi de infidencia, se distribuirá durante el Congreso Internacional "Vallejo Siempre" a llevarse a cabo entre las ciudades de Lima y Trujillo a mediados de octubre.
Fragmento de la novela:
http://letras.s5.com/pgra180414.html
domingo, 14 de septiembre de 2014
La 'novela' de Trilce
Eduardo González Viaña (Vallejo en los infiernos, 2009) escribe para enfatizar o corroborar la tesis de Roberto Bolaño (Monsieur Pain, 1999). Conclusión: Vallejo fue siempre -no sin razón- un perseguido político. Para sustentar este diseño estético-ideológico de sus novelas, tanto el escritor chileno como el peruano, elaboran un héroe sin fisuras. Galante, masculino, vengador, comprometido contra la injusticia, permanentemente correspondido en la amistad y solidaridad por sus amigos de la Bohemia de Trujillo, en el caso de Vallejo en los infiernos; y, por lo tanto, diseño del héroe que trasvasa hacia aquel grupo trujillano todo (Zoila Rosa Cuadra, Haya de la Torre, Alcides Espelucín, Antenor Orrego, etc.). La novela de González Viaña no es sólo sobre César Vallejo; en realidad, es una elegía del Grupo Norte a través de un carácter emblemático, el poeta que nació en Santiago de Chuco. En este sentido, el político, es un texto que declara sus simpatías hacia el aprismo que fundara, y sólo a este aprismo originario, Víctor Raúl Haya de la Torre. Por su parte Monsieur Pain, conocida también como La senda de los elefantes, reconstruye a Vallejo -los últimos instantes de su vida y de su enigmático hipo en la Clínica Arago de París-- a través de las andanzas y perplejidades del protagonista de la novela, el mesmerista Pierre Pain, una vez que va intuyendo y, atando cabos, convenciéndose del asesinato del poeta peruano a manos del fascismo internacional. Años 20 del siglo pasado: post guerra, Guerra Civil española y preparación a la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial. Vallejo, pagando con su vida su adhesión política a uno de esos dos bandos. Ambos novelas, por otro lado, persuasivas y muy bien escritas.
Sin embargo, ambos autores --como la mayoría de vallejólogos hasta hoy en día-- evitan Trilce o sólo lo rodean; ciertamente por complejo e incómodo (de “incómodo Polifemo”, J. L. Borges dixit). Es decir, González Viaña acaso escribió la novela de Los heraldos negros; como Bolaño, por su parte, ha ensayado la suya en base a los poemas de París. Pero nos falta la novela política de Trilce. O, de modo prejuicioso, de antemano este poemario no lo consideramos político. Sin duda, nos hace falta entender todavía mejor este libro y la estancia, desde 1918 hasta prácticamente su partida o huída a Europa en 1923, de César Vallejo en la capital del Perú. Aunque esta opacidad de militancia política del poeta, en contraste a la de otros insignes amigos suyos trujillanos, ya ha llamado la atención de los críticos especialistas en su obra. Cabe aún preguntarse: Es que Vallejo no militó en Trilce y sólo se dejó, por aquellos años, absorber por su pasión con la quinceañera Otilia Villanueva Pajares. Es que Trilce queda encerrado en la cárcel de Trujillo. O es que, en el poemario de 1922, Vallejo juntó varios fragmentos -y una imagen de sí mismo en ellos, muy lejos de la unitaria y didáctica que comunican las novelas que sucintamente vamos reseñando- y militó políticamente de otro modo.
Actualmente, si no se trata en específico de una novela, tratamos de responder a dichas preguntas en un libro que vamos terminando; su título “Trilce: húmeros para bailar”. Nos vemos en el capítulo próximo.
Tomado de Novelas sobre César Vallejo
sábado, 6 de septiembre de 2014
NOTA DE PRENSA SOBRE TRILCE: HÚMEROS PARA BAILAR
Título: Trilce:
Húmeros para bailar
Autor: Pedro Granados
Editor: VASINFIN
Ciudad: Lima
Año: 2014
128 páginas
ISBN: 978-612-46756-0-7
Reseña:
Al proponernos un con-vivir performático con César
Vallejo (no se trata ya de apenas leerlo), a partir de una partitura de
inscripciones (no se trata más de escribir) musicales (la marinera y sus fugas y síncopes, etc.) y sexuales (amores con
Otilia y sus ramificaciones) vinculada orgánicamente a la cultura andino-mestiza
de los arrabales festivos en formación y movimiento de la Lima de los 1900 y
pico, Pedro Granados impugna, de golpe, las consabidas interpretaciones
político-esencializantes y nos abre, en un abanico risueño, el vaivén
diagramático de Trilce a los textos
de antes y después. El mismo Vallejo vendría a decir más tarde, en los Poemas Humanos: “Quiero escribir, pero
me sale espuma”/(…) “Quiero escribir, pero me siento puma”, como si mencionara
toda esa cosa que viene de abajo, de los costados y de dentro que embiste las
palabras.
Amálio Pinheiro (Trad.
Giane Lessa)
PUC-São Paulo
BIODATA:
Pedro Granados (Lima, 1955) es Bachiller en
Lingüística y Literatura, por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con
una tesis sobre la poesía de Javier Sologuren; Master of Arts, por Brown University, con un
trabajo sobre la Fábula de Polifemo y
Galatea de Luis de Góngora; y Ph.D
(Hispanic Language and Literatures), por Boston University, con una tesis
titulada Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (Lima: PUCP Fondo
editorial, 2004). También lleva
publicada --aparte de numerosos artículos en revistas especializadas como Lexis, Variaciones Borges o Anales
Galdosianos-- la colección de
ensayos Vallejo sin fronteras (2010), Autismo
comprometido: Sobre poesía peruana reciente (2013), Breve teatro para leer: Poesía dominicana reciente (2014) y Trilce: Húmeros para bailar (2014).
Granados forma parte del cuerpo docente de la Maestría en Literatura
Hispanoamericana de la PUCP. Del 2011 al
2014 fue profesor visitante en la Universidade Federal da
Integração Latino-Americana (Brasil).
Actualmente preside el “Vallejo sin Fronteras Instituto”
(VASINFIN). Asimismo, ha publicado una
docena de libros de poesía. Y en
narrativa Prepucio carmesí y otras
novelas cortas (2012); así como ¡Fozy
Lady! (2014), novela corta bilingüe (español/ portugués) que es tanto una
autobiografía apócrifa como una biografía, también apócrifa, de César Vallejo.
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