viernes, 1 de enero de 2021

"Ponte el sol"


 LOS DESGRACIADOS

Ya va a venir el día; da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho.
Ya va a venir el día, ponte el saco.

Ya va a venir el día; ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona,
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente.

Necesitas comer, pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndale, recuerda,
confía en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
Ya va a venir el día, ponte el alma.
Ya va a venir el día; pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo...
¿Tiemblas? Es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
Roncan aún... ¡Qué universo se lleva este ronquido!
¡Cómo quedan tus poros, enjuiciándolo!
¡Con cuántos doses ¡ay! estás tan solo!
Ya va a venir el día, ponte el sueño.

Ya va a venir el día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos,
atiza
tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima.
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.

Ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el día, ponte el sol.

Ya viene el día; dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa
y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo ¡ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morías de todo..

lunes, 28 de diciembre de 2020

Ciudad Trilce y ¿trilceanas ciudadanías?

 


Resumen

Ciudad Trilce (2009), de Christian Vera Ossina (La Paz, Bolivia, 1976), constituye un cubo mágico, una propuesta intensamente antiliteraria y arduamente manual que da como resultado, al menos en apariencia, un cómic o un artefacto poshumano. Sin embargo, Ciudad Trilce también es una novela más alrededor de la vida u obra de César Vallejo. En este sentido, cabe preguntarse por su estirpe; cuál es la lectura de Trilce (1922) que subyace en su construcción; cuál la noción de las humanidades predominante allí; en qué consiste, cotejada con las otras, su aporte o novedad, y a qué tipo de lectores y futuros ciudadanos estaría apelando.


Palabras clave

poesía y poshumanismo; César Vallejo y sus novelas; Bolivia y César Vallejo


https://revistes.uab.cat/mitologias/article/view/v22-granados/684-pdf-es


viernes, 18 de diciembre de 2020

Apostillas al César Vallejo de Javier Suárez

 

Foto: César Vallejo y Alcides Spelucín

Amauta(s): Antenor Orrego como maestro de vanguardia/  Javier Suárez

CUADERNOS DE LITERATURA VOL. XXII N.º43 • ENERO-JUNIO 2018, 120-145.

“el vitalismo [de Antenor Orrego] se mezcla con un optimismo estético y ético que a través del arte busca la transformación personal (la vida de cada ser humano es una estética) y, al mismo tiempo, nacional (buscar personalmente una estética-ética nacional y latinoamericana) […] Esta relación entre vitalismo estético y pragmatismo pedagógico responde a un contexto histórico: ¿qué hacer después de la Guerra con Chile? ¿Cómo reconstruir el país luego de la debacle política y cultural cuya punta de lanza era el positivismo europeo, primero de un Comte e, inmediatamente después de la Guerra, del de un Spencer pesimista?” […] valdría la pena preguntarse por el desarrollo vanguardista chileno (vencedor en la Guerra del Pacífico) que desarrolló un programa estético más cosmopolita y menos nacionalis­ta alineado con las vanguardias europeas. El caso peruano, y su hibridez nacional, fue distinto (128)

“Además de concebir lo estético como suprema categoría antropológica, el amauta trujillano afirma que frente a la total adversidad existencial (piénse­se en Vallejo), es una necesidad estética la que milagrosamente permanece en el hombre y lo salva: la realización de lo bello.129-130 [Bueno, esto apenas constituye la lectura canónica de Los heraldos negros; y ni siquiera de este poemario en su conjunto.  Ver Granados 20072014 2019

“Y es curioso constatar, que mientras el revolucionario de la forma estética [Vallejo] deja intactas las formas de la realidad objetiva; el revolucionario de la representación funcional de las formas objetivas [Spelucín] deja intactas las formas tradicionales de la estética (Antenor Orrego, “Palabras Prologales” a La nave dorada de Alcides Spelucín, 1926, pp.24-25) (135)  [Vallejo jamás es un revolucionario individualista ni, menos, un esteticista sino, incluso ya desde LHN, se halla conectado a una cultura o simetría post-antropocéntrica localizada y viva.  Por lo tanto, en términos de Orrego, Vallejo también ejecutaría en sus versos aquello que aquél afirma hace Spelucín.  Aunque cabe investigar si  hacia 1926, progresivo alejamiento de Vallejo del APRA,  este hecho inclinaría la balanza crítica a “favor” de Spelucín que, en la Nave dorada, rinde sentido culto a Haya de la Torre.  En todo caso, en su prólogo a Trilce, Orrego destaca que  Vallejo arremete contra toda retórica; paradoja que hace preguntarse al mismo Javier Suárez si: “¿está Orrego utilizando dos sentidos opuestos del mismo término o acaso hay un cambio en la interpretación de la poé­tica vallejiana? Recuérdese que el prólogo a La Nave Dorada se publica en 1926: la radical experimentación de Trilce ya se había producido, Nota 16, p. 137]

“El poema de Vallejo, piénsese en la centralidad del poema al llevar el título del poemario, ofrece una experiencia existencial, individual(ista), de un sujeto atrapado en su dolor y su queja; ese estar atrapado sin salida lo acerca a una visión decadente del mal de siglo romántico o el spleen de un poeta como Baudelaire” (140) [Sic]

“La direccionalidad de Spelucín no es la del yo que experimenta el dolor y atisba la esperanza (fallida); es la del maestro-discípulo que no duda en seguir al ideal histórico representado por un Cristo que sonríe y que se ca­racteriza por su capacidad de reconciliar opuestos”  [¿González Vigil?] (141)

Amauta(s): Antenor Orrego como maestro de vanguardia/  Javier Suárez


jueves, 26 de noviembre de 2020

VALLEJO EN MARTE, MARTE EN VALLEJO: LA POESÍA DE EDGAR ARTAUD JARRY

 

Edagar Artaud Jarry, de pie y con libro abierto


Edgar Altamirano Carmona (Chilpancingo, México, 1953), profesor investigador en ciencias de la Universidad Autónoma de Guerrero es además, y paralelamente, el poeta Edgar Artaud Jarry: voluntario para un viaje sin retorno a Marte y, a través de sus escritos, de más que evidente vocación intergaláctica. Cuya obra —en pleno proceso de expansión— conecta en su país tanto con contemporáneos como con infrarrealistas; aunque su performance al lado de este último grupo lo ubica, ante el gran público, como uno más de los compañeros de ruta de Bolaño o Papasquiaro; y para nosotros, aunque con previas mediaciones y cierta opacidad, también de César Vallejo. Nuestro papel estriba aquí en llamar la atención sobre la particularísima articulación que constituye esta obra; entre culta y coloquial, entre contenida e infidente, entre estoica y desopilante. Rasgos, asimismo, que colaboran en configurar las diversas máscaras con las que invariablemente aparece pertrechado leyendo ante el público; la mayoría, gente muy joven que ahora mismo lo sigue por doquier.

https://revistacronopio.com/vallejo-en-marte-marte-en-vallejo-la-poesia-de-edgar-artaud-jarry-pedro-granados/



domingo, 22 de noviembre de 2020

“Trilce y la poesía argentina” (PROYECTOS DE VASINFIN)

 


1.       Fervor de Trilce

Se plantea conmemorar Trilce, de César Vallejo, cuyo centenario se cumple en 1922; en vinculación al poemario Fervor de Buenos Aires, cuyo centenario es el año siguiente (1923).  A través de ahondar en un ensayo que ya publicáramos, “El diálogo Borges-Vallejo: un silencio elocuente” (Variaciones Borges: revista del Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis BorgesNº. 23, 2007183-206)[1]; en el cual levantamos, a modo de hacer visibles planos yuxtapuestos en una curaduría, una serie de correspondencias --la mayoría no explícitas ni obvias-- entre las poesías del argentino y el peruano.  Homenaje muy significativo, finalmente, para toda la poesía de la región en cuanto no sólo constituiría una efemérides más; sino, ante todo, ventilar un renovado entronque crítico y creativo entre ambas figuras.  

El meollo de la propuesta estriba en considerar que tanto Trilce como Fervor de Buenos Aires responden a un mito inscrito en el paisaje o perspectiva post-antropocéntrica.  Ni utopía ni distopía; y sí, post-antropocentrismo.  Luego del predominante y artificioso escenario modernista --los años 20 del siglo pasado-- la poesía latinoamericana  recuperó el paisaje.  Aunque no de un modo costumbrista, como en principio pareciera, ni romántico (no es fervor por, sino fervor de…); sino, literalmente, fundiendo lo humano en el paisaje.  En otras palabras, considerando la complejidad del paisaje en tanto un soporte más adecuado para lo humano.  Entre esto último,  la epifanía, el mito o, no menos, lo que los filósofos del Nuevo Realismo (Meillassoux, Bennet, Gabriel, Ferraris, etc.) advierten como “giro ontológico” y un antropólogo como Eduardo Viveiros de Castro denomina “mediación conceptual” o “multinaturalismo”.


  1. Trilce (1922) y la poesía argentina de 2022

Intentamos poner al día o retomar aquí el estudio sobre las relaciones que, en el contexto de la poesía de los países de nuestra región, han establecido el Perú y la Argentina; en particular, aquéllas que podemos percibir en los años más recientes.  Es decir, la poesía argentina culta o letrada, en libro o en plaquette, cuyos representantes, de seguro muy jóvenes, publican desde comienzos de este milenio y próximos al centenario de Trilce.  En específico, buscamos entender mejor algunas ideas que sobre la poesía argentina última se han ido esgrimiendo en el mundo académico; como, por ejemplo, aquéllas que defiende Anahí Mallol[2]:

Al leer la poesía argentina reciente uno queda, en cierto sentido, devastado, porque los textos de la poesía argentina contemporánea son inteligentes y a la vez indigentes (dan cuenta de una mirada que comprende y entiende y no organiza porque no hay nada que organizar, sino sólo dar cuenta de un derrumbe que no es un apocalipsis propiamente dicho; hablan de un final que ha estado aquí desde el inicio mismo, sólo que ahora se acelera por la inacción del que no le encuentra sentido a nada)

Sobre todo porque, desde nuestra perspectiva, Vallejo se erige hoy por, y para toda nuestra región, en un extraordinario mediador cultural y conceptual[3] --multinatural (Eduardo Viveiros de Castro)-- que quisiéramos cotejar mejor o hilar más fino para el caso de la poesía rioplatense.  Ya que no es exacto que Vallejo se refugiara en lo etnográfico (el pasado incaico o precolombino, la piedra, los andes) para intentar paliar o consolarse de la tragedia que constituía la Guerra Civil Española (Georgette de Vallejo y Stephen Hart dixit).  No es la cultura un mero sucedáneo de la política.  Muy por el contrario, Vallejo encontró --en realidad desde Los Heraldos negros y, sobre todo, en Trilce[4]-- y nos acercó la cultura para entender y darle sentido a la política e incluso al desastre; incluso a la muerte propia (Clayton Eshleman).  Es más, como buen amerindio, juntó el orden de la naturaleza al orden de la cultura (en el mito) e incorporó incluso la violencia a su pecho multinatural y a su poesía multidimensional.  Aunque no únicamente de un modo llamémosle emotivo (romántico o surrealista, tipo Pablo Neruda), sino, sobre todo, en tanto mediación conceptual: trasatlántica e intergaláctica.

 

      Pedro Granados, PhD (VASINFIN)

Lima, 20 de mayo, 2020.



[1] Ensayo que ha tenido, hace poco, una suerte de continuidad por parte de Andrés Ajens, “Borges y yo (II)”.  Blog de Pedro Granados, 04/05/2020. http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2020/05/04/borgesyyoii-andres-ajens/

[2] “Algunas visones del vacío y la nada en la poesía argentina contemporánea”, Revista Laboratorio, 2017. http://revistalaboratorio.udp.cl/wp-content/uploads/2017/08/Anah%C3%AD-Mallol.pdf

[3] César Vallejo: Mediador multinaturalista (Testimonio)”

http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2017/06/17/cesar-vallejo-mediador-multinaturalista-testimonio/

[4] Pedro Granados, Trilce: húmeros para bailar (Lima: VASINFIN, 2014)


domingo, 15 de noviembre de 2020

SE ACURRUCAN LOS RINCONES O VALLEJO SIN FRONTERAS/ Manuel Velásquez Rojas

 

Considero que el libro de Pedro Granados, Vallejo sin fronteras, enriquece la ya cuantiosa bibliografía vallejiana, planteando temas inéditos para comprender mejor algunos aspectos de su vida y obra poética. Pedro Granados es un vallejista de reconocido prestigio, su libro, reitero, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo, es ya un clásico entre la crítica vallejiana. Felicito a Pedro Granados por su nuevo libro, que demuestra que su pasión vallejiana continúa ardiendo e iluminando los versos de César Vallejo.

SE ACURRUCAN LOS RINCONES O VALLEJO SIN FRONTERAS

Debía al Dr. Manuel Velásquez Rojas, tal como lo mencioné y reconocí en la presentación de Vallejo sin fronteras en el ICPNA (27/ 9/ 10), expresarle públicamente mi gratitud más entrañable por su complicidad, vía una hermosa reseña a mi primer poemario (Sin motivo aparente, 1978), en el inicio mismo de mi recorrido literario. Fueron mi hermano Germán, luego Matín Adán y, por último, Manuel Velásquez los que están al rededor –y de algún modo siguen estando presentes– de aquellos zozobrantes y hechizados inicios.


viernes, 13 de noviembre de 2020

LA ENTREVISTA ENCONTRADA DE VALLEJO/ Andrés Ajens

 


Jack Spicer, el menudo poeta de After Lorca y otros sazonados poemas, viajó muy joven, casi un infante, a España con Hemingway, y tuvo ocasión de entrevistar a César Vallejo en julio de 1937, en Valencia, mientras participaba en el Congreso Antifascista de Escritores, junto a Buñuel, Malraux, Machado, Zambrano, Huidobro, Cernuda, Neruda, Paz, Garro, el mismo Hemingway y un largo etcétera. Hasta hace poco se la creía irremediablemente perdida, al punto que más de un lector atento de Vallejo habrá puesto en duda su misma existencia (Mazzotti 1998; Ortega 2004). Contra todo pronóstico, pero, una copia acaba de ser hallada entre los papeles del Archivo Hemingway del Museo Finca Vigía, en las inmediaciones de La Habana, por el poeta e investigador peruano Pedro Granados, quien la publicó en la revista del Vallejo sin Fronteras Instituto, que él dirige, en Lima; agradecemos desde ya su generosa autorización para republicarla en Caesura. [1]

He aquí, pues, sin quitar ni agregar cosa alguna (salvo los paréntesis cuadrados a modo de frugales anotaciones de lectura), la copia de la transcripción de Spicer.

—Andrés Ajens

https://caesuramag.org/disjecta-membra/el-entrevero-entre-vallejo-y-spicer


Otro documento vallejiano notable:

http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2020/03/08/radix-de-cesar-vallejo-zoila-pajares/