https://www.facebook.com/Universidad.Nacional.de.Musica.Peru/videos/901618917017854/
Tal como decíamos en el inicio de nuestro breve ensayo, César Vallejo musical (2020), y cuyo pdf del texto completo tienen aquí mismo, intentando llamar la atención sobre las especificidades de la música en la poesía del autor nacido en Santiago de Chuco, cito:
Mención necesaria y liminar, en este ensayo, merece el famoso artículo de Xavier Abril (“Vallejo, la música, exégesis del poema XLIV de Trilce, el influjo mallarmeano y la crítica”) (Abril 63-91). Título y palabras claves, a un tiempo, que nos permiten asentir en lo sustancial con aquel talentoso crítico peruano, sobre todo con su postura contra la “incuria ultraísta” o vanguardista según la cual Vallejo –en Trilce— renunció a la música. Aunque, no asentir, en el focalizado y sistemático fervor mallarmeano que Abril cree entrever en la poesía del autor de Los heraldos negros. En síntesis, acierta el autor de Exégesis trílcica, cuando percibe aquel poemario de 1918 en franco “acatamiento rubeniano” o verleniano y, no menos, pleno de “referencias musicales”. Ni sólo Mallarmé –aquello de que no se trata ya más de “trozos sonoros regulares o versos, sino de subdivisiones prismáticas de la Idea”– ni únicamente la música culta o europea constituyen aquello que satisface a plenitud al “melómano” Vallejo. Sino que fue también, y sobre todo, la música popular o cotidiana o incluso “mítica” (glosolalias cuyas ondas, según Paul Zumthor, persisten aunque la cultura que las originó haya históricamente desaparecido) a lo que César Vallejo, en lo fundamental, y en toda su riqueza y complejidad, supo prestar oídos.
Pues hoy, grata y muy sugestivamente, nos encontramos con una nueva vuelta de tuerca sobre lo mismo: Microtrilce. Sobre lo mismo, aunque sobre lo que acaso ni Abril ni tampoco Mallamé pudieron sospechar. Y que, respecto a la investigación de los sonidos en esta poesía, va del modo siguiente, cito del facebook de la Universidad Nacional de Música del Perú:
Microtrilce forma parte de las prácticas preprofesionales de los alumnos de composición de la Universidad Nacional de Música. En este trabajo se emplean poemas completos o versos del poemario Trilce de César Vallejo como el material principal de cada micropieza.
El objetivo consta en grabar voces recitando el poema para obtener samples, los cuales pasarán al programa pure data para ser procesados y posteriormente, todas las acciones realizadas se automatizan para ser reproducidas por el programa. Es aquí en donde el alumno además de la creatividad personal, emplea conceptos de la carrera de Composición musical e incorpora los conocimientos adquiridos en cursos como Informática aplicada y Taller de electroacústica.
Sin embargo, y las siguientes pueden ser –entre otras– algunas preguntas a la actual propuesta, la cual denominamos y no menos, asimismo, patentamos, “Tecnotrilce”: ¿Trilce se conforma en última instancia con el sonido? Acaso a la manera de cómo la “escena cerebro” incluye en sí misma, de modo sintético, una escena paralela convencional y mayor (Trilce/Teatro: guión, personajes y público). Y una segunda pregunta, más que al reciitado humano, sobre el que se basa Microtrilce, no deberíamos estudiar y valorar (y con qué criterios), directamente el producto “final”; es decir, la propuesta del “programa pure data” que queda grabado en el CD. En suma, que deberíamos estudiar directamente al programa o lo posantropocéntrico porque lo antropocéntrico (estilística, filología, estudios culturales, etc.), aplicado por la crítica convencional al poemario de César Vallejo, aparentemente ya fue. Interrogación que, en parte, ya nos surgiera a raíz de la “¿traducción intersemiótica?” de algunos textos de nuestro pemario Roxosol (2018), por el poeta Edgar Artaud Jarry (nombre art´sitico del científico mexicano Edgar Altamirano), usando un robot (SoundCloud). Aunque los antecedente directos y específicos de la presente iniciativa del Laboratorio de Música Electro Acústica y Arte Sonoro de la UNM sean, cito del folleto adjunto al CD, los trabajos de César Bolaño (1964), sobre el poema “Intensidad y altura”, y “Dados eternos” de Rajmil Fischman (1991).