lunes, 12 de noviembre de 2018
domingo, 4 de noviembre de 2018
VALLEJO EN MARTE, MARTE EN VALLEJO: LA POESÍA DE EDGAR ARTAUD JARRY
Por Pedro Granados*
Edgar Altamirano Carmona (Chilpancingo, México, 1953), profesor investigador en ciencias de la Universidad Autónoma de Guerrero es además, y paralelamente, el poeta Edgar Artaud Jarry: voluntario para un viaje sin retorno a Marte y, a través de sus escritos, de más que evidente vocación intergaláctica. Cuya obra —en pleno proceso de expansión— conecta en su país tanto con contemporáneos como con infrarrealistas; aunque su performance al lado de este último grupo lo ubica, ante el gran público, como uno más de los compañeros de ruta de Bolaño o Papasquiaro; y para nosotros, aunque con previas mediaciones y cierta opacidad, también de César Vallejo. Nuestro papel estriba aquí en llamar la atención sobre la particularísima articulación que constituye esta obra; entre culta y coloquial, entre contenida e infidente, entre estoica y desopilante. Rasgos, asimismo, que colaboran en configurar las diversas máscaras con las que invariablemente aparece pertrechado leyendo ante el público; la mayoría, gente muy joven que ahora mismo lo sigue por doquier.
sábado, 3 de noviembre de 2018
domingo, 7 de octubre de 2018
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN DE VASINFIN
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN DE VASINFIN
Centenarios de Los
heraldos negros (1918) y Trilce
(1922)
Trilce (1922) y la poesía
argentina de 2022
Pedro Granados, PhD
Sumilla
Intentamos poner al día o retomar aquí el estudio
sobre las relaciones que, en el contexto de la poesía de los países de nuestra
región, han establecido el Perú y la Argentina; en particular, aquéllas que
podemos percibir en los años más recientes.
Es decir, la poesía argentina culta o letrada, en libro o en plaquette, cuyos representantes, de
seguro muy jóvenes, publican desde comienzos de este milenio y próximos al
centenario de Trilce. En específico, buscamos entender mejor
algunas ideas que sobre la poesía argentina última se han ido esgrimiendo en el
mundo académico; como, por ejemplo, aquéllas que defiende Anahí Mallol [1]:
Al leer
la poesía argentina reciente uno queda, en cierto sentido, devastado, porque
los textos de la poesía argentina contemporánea son inteligentes y a la vez
indigentes (dan cuenta de una mirada que comprende y entiende y no organiza
porque no hay nada que organizar, sino sólo dar cuenta de un derrumbe que no es
un apocalipsis propiamente dicho; hablan de un final que ha estado aquí desde
el inicio mismo, sólo que ahora se acelera por la inacción del que no le encuentra
sentido a nada)
Sobre todo porque, desde nuestra perspectiva,
Vallejo se erige hoy por hoy, y para toda nuestra región, en un extraordinario
mediador cultural y conceptual [2] --multinatural
(Eduardo Viveiros de Castro)-- que quisiéramos cotejar mejor o hilar más fino
para el caso de la poesía rioplatense. Ya que no es exacto que Vallejo se refugiara en lo
etnográfico (el pasado incaico o precolombino, la piedra, los andes) para
intentar paliar o consolarse de la tragedia que constituía la Guerra Civil Española
(Georgette de Vallejo y Stephen Hart dixit). No es la cultura un mero
sucedáneo de la política. Muy por el contrario, Vallejo encontró --en
realidad desde Los Heraldos negros y,
sobre todo, en Trilce [3]-- y nos acercó la cultura para
entender y darle sentido a la política e incluso al desastre; incluso a la
muerte propia (Clayton Eshleman). Es más, como buen amerindio, juntó el orden de la
naturaleza al orden de la cultura (en el mito) e incorporó incluso la violencia
a su pecho multinatural y a su poesía multidimencional. Aunque no
únicamente de un modo llamémosle emotivo (romántico o surrealista, al modo de
Pablo Neruda), sino además en tanto mediación conceptual: trasatlántica e
intergaláctica.
Por último, decíamos más
arriba retomar porque ya en nuestro ensayo, “El diálogo Borges –Vallejo: un
silencio elocuente” [4], levantamos
tal curadores una serie de correspondencias --la mayoría no explícitas ni
obvias-- entre las poesías del argentino y el peruano. Correspondencias más bien, algunas de ellas,
sorprendentemente afines.
[1] “Algunas visones del vacío y la nada en la poesía argentina
contemporánea”, Revista Laboratorio,
2017.
http://revistalaboratorio.udp.cl/wp-content/uploads/2017/08/Anah%C3%AD-Mallol.pdf
[2] “César Vallejo: Mediador multinaturalista (Testimonio)”
http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2017/06/17/cesar-vallejo-mediador-multinaturalista-testimonio/
[3] Pedro Granados, Trilce: húmeros
para bailar (Lima: VASINFIN, 2014)
[4] Variaciones Borges: revista del Centro de
Estudios y Documentación Jorge Luis Borges, Nº. 23, 2007, 183-206.
César Vallejo al (multi)natural:
Biografía
Pedro Granados, PhD
Sumilla
Investigar las diferentes etapas de la poesía y narrativa de César Vallejo; y también las biografías canónicas de este mismo autor (Juan Espejo Asturrizaga, Georgette de Vallejo, Stephen Hart, entre otras) bajo los parámetros de la perspectiva simétrica (Bruno Latour) o multinaturalista (Eduardo Viveiros de Castro) o, lo que el mismo César Vallejo denomina en sus crónicas de 1926, “fisiológica”: “La cuestión clave del arte y de la poesía nueva es fisiológica”[1]. En otras palabras, intentaremos levantar –cual una serie de capas o niveles yuxtapuestos y simultáneos[2]: histórico, político, médico (narrativas, suyas o de otros estudiosos, sobre su enfermedad), cotidiano, mítico– y editar en formato digital un nuevo tipo de biografía del autor peruano por ahora planteada sólo, en lo fundamental, desde una perspectiva historicista, positivista o unidimensional; lo cual, a su vez, sirva como precedente o modelo para otras biografías en la región. Biografías multinaturalistas y polidimensionales, tanto de individuos como de colectivos sociales, vinculados fuertemente no solo a la historia o a los
Investigar las diferentes etapas de la poesía y narrativa de César Vallejo; y también las biografías canónicas de este mismo autor (Juan Espejo Asturrizaga, Georgette de Vallejo, Stephen Hart, entre otras) bajo los parámetros de la perspectiva simétrica (Bruno Latour) o multinaturalista (Eduardo Viveiros de Castro) o, lo que el mismo César Vallejo denomina en sus crónicas de 1926, “fisiológica”: “La cuestión clave del arte y de la poesía nueva es fisiológica”[1]. En otras palabras, intentaremos levantar –cual una serie de capas o niveles yuxtapuestos y simultáneos[2]: histórico, político, médico (narrativas, suyas o de otros estudiosos, sobre su enfermedad), cotidiano, mítico– y editar en formato digital un nuevo tipo de biografía del autor peruano por ahora planteada sólo, en lo fundamental, desde una perspectiva historicista, positivista o unidimensional; lo cual, a su vez, sirva como precedente o modelo para otras biografías en la región. Biografías multinaturalistas y polidimensionales, tanto de individuos como de colectivos sociales, vinculados fuertemente no solo a la historia o a los
procesos sociales, sino también a la geografía o mitos inscritos en el
paisaje (Chocano, Usandizaga y otros).
[1] En las huellas del neurólogo Antonio
Damasio, y tal como expone Anna Caballé: “la identidad reside en el cuerpo
antes que en la mente […] es una cuestión biológica, antes que lingüística o
cultural”. A lo que cabría agregar, para matizarlo y darle una cobertura
ontológica y no menos latinoamericana a nuestra lectura de César Vallejo: “es
más verdad la geografía que la historia” (Caballé); en referencia a los mitos
inscritos en los paisajes en los que hemos nacido, le haríamos decir nosotros.
[2] “Una de las diferencias con Europa […]
es que los incas pensaban que el pasado, el presente y el futuro eran paralelos
(suceden al mismo tiempo) y no lineales […] Eso explica por qué sacaban a
las momias en procesiones, al público. La gente que podía mediar entre las
diferentes vidas era muy poderosa […] Si crees que el pasado, presente y futuro
son paralelos, lo único que los une es un lugar físico. Una montaña, una piedra
particular se convierte en el punto de conexión entre el pasado, presente y
futuro. Lo que para los europeos era una cima de una colina, para los
incas podía ser un lugar sagrado, de gran importancia. La gente todavía no
entiende esas percepciones del paisaje, la importancia de los lugares” (Cooper
2017).
Vallejo y Agamben. La potencia de la
palabra nueva
Mg. Carlos Quenaya
Sumilla
A grandes rasgos, nos proponemos
seguir la indicación del filósofo italiano Giorgio Agamben y explorar, a partir
del marco de su “poética de la inoperosidad”, la epistemología de Trilce.
Intentaremos, pues, hacer visible la recepción de Vallejo en el pensamiento
político y estético del autor italiano y, paralelamente, sugerir otras
posibilidades epistémicas y políticas presentes en el poemario de 1922, con el
fin de ampliar el marco de la reflexión agambeniana. En tanto crítica de
la concepción metafísica del lenguaje, Trilce sería un preclaro ejemplo de
liberación de las potencias de la lengua. En tanto apelación a un nuevo lector,
su fuerza performática supondría la instauración de un comienzo, un
acontecimiento puesto en marcha por su palabra nueva.
Lima,
6 de octubre, 2018.
martes, 14 de agosto de 2018
César Vallejo musical
Mención necesaria y liminar, en este ensayo, merece el famoso artículo de Xavier Abril (“Vallejo, la música, exégesis del poema XLIV de Trilce, el influjo mallarmeano y la crítica”) (Abril 63-91). Título y palabras claves, a un tiempo, que nos permiten asentir en lo sustancial con aquel talentoso crítico peruano, sobre todo con su postura contra la “incuria ultraísta” o vanguardista según la cual Vallejo –en Trilce— renunció a la música. Aunque, no asentir, en el focalizado y sistemático fervor mallarmeano que Abril cree entrever en la poesía del autor de Los heraldos negros. En síntesis, acierta el autor de Exégesis trílcica, cuando percibe aquel poemario de 1918 en franco “acatamiento rubeniano” o verleniano y, no menos, pleno de “referencias musicales”. Ni sólo Mallarmé –aquello de que no se trata ya más de “trozos sonoros regulares o versos, sino de subdivisiones prismáticas de la Idea”– ni únicamente la música culta o europea constituyen aquello que satisface a plenitud al “melómano” Vallejo. Sino que fue también, y sobre todo, la música popular o cotidiana o incluso “mítica” (glosolalias cuyas ondas, según Paul Zumthor, persisten aunque la cultura que las originó haya históricamente desaparecido) a lo que César Vallejo, en lo fundamental, y en toda su riqueza y complejidad, supo prestar oídos.
miércoles, 1 de agosto de 2018
INCA O DATA. Mudez, habla y deshabla en un poema de Paul Celan/ Andrés Ajens
Parcialmente leído en Jornadas Oscar del Barco; Departamento de Filosofía, UMCE, Santiago de Chile, 10 de agosto 2017; una versión precedente, levemente diferente, viene en Estudios bolivianos No 27 IEB, UMSA, diciembre 2017, La Paz.
http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/wp-content/uploads/sites/97/2018/07/Inca-o-data2c-AAjens.pdf
miércoles, 25 de julio de 2018
ARCHIVO VALLEJO VOL. 1 Nº 1 ENERO- JUNIO 2018. REVISTA DE INVESTIGACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS VALLEJIANOS (Reseña II)
De manera semejante a como Stephen Hart, sin querer queriendo, intentó sugerirnos en su ensayo, “El cadáver exquisito de César Vallejo”, aquello de que cuando leemos la poesía del peruano levantamos un cuerpo –tal cual en una curaduría, tridimensional o multidimensional–, de uno muerto y simultáneamente vivo (Inkarrí o Túpac Amaru o su madre o cualquier animal o el voluntario de España mucho más que el de un Cristo crucificado); del mismo modo, otros ensayos de este mismo volumen, giran alrededor de algo más o menos equivalente. Es decir, giran alrededor, aunque sin mencionarlo, del impacto de la lectura vallejiana y multinaturalista de Pedro Granados. Para intentar fundamentarlo, no nos parece ocioso recordar que este crítico ya encontró y demostró la continuidad –enmadejando su aparente y no menos canónico abismo teórico– entre Los heraldos negros y Trilce; tanto como permitió percatarnos, en cuanto a los “Poemas de París I”, que el semen humano puede también copular y fecundar una piedra, y su virtual producto –huevo cigoto– pasar a constituirse en primicia de un nuevo proceso evolutivo o de una nueva humanidad (post-antropocéntrica). Todo esto en la tesis de PhD de Granados para Boston University (2003) (capítulos 1 y 2) y publicada al año siguiente tanto en México (BUAP) como en el Perú, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (Lima: Fondo editorial PUCP, 2004). Aparte de libros y artículos más recientes que inciden, sobre todo, en el patrimonio cultural –jamás decorativo, melancólico, chauvinista o profesional– del “Cholo” nacido en Santiago de Chuco.
De este modo también ya estamos reseñando, aunque de manera sucinta, el interesante ensayo de Dominic Moran, “Trilce XXXVII: arte poética de la evolución”; citamos a esta docente de la University of Oxford:
“Según Bergson, la naturaleza esencialmente creadora de la duración evolucionista significaba que su curso no era ni inevitable ni previsible, que en principio pudo haber seguido una numerosidad de caminos […] Esta concepción radicalmente ingeniosa de la evolución podría explicar la aparentemente extravagante conficuración de los elementos ‘boca’, ‘dientes’ y ‘cristal’ [Trilce XXXVII: ‘Este cristal aguarda ser sorbido’] que de tan familiares hemos llegado a considerar fijos y necesarios y no transitorios y sujetos al cambio” (63)
Huelgan comentarios, en conexión de lo que más arriba decíamos sobre los “Poemas de París I”. Sin embargo, lo que sí quisiéramos destacar es que a partir del texto de Moran podríamos postular el siguiente esquema respecto a las diferentes perspectivas, finalmente interrelacionadas, con las que se aborda ahora mismo el estudio de la poesía de César Vallejo y, en general, acaso toda la obra vallejiana:
A Metamorfosis – Cultura
B Ciencia
C Mito: Cultura (A) + Ciencia (B)
Esquema que es un poco por donde van o retornan –y asimismo se reelaboran– los tiros críticos recientes. Si no, vayamos a esta conclusión de Alain Sicard sobre su propio ensayo, “La épica como pasión: reflexión sobre el exordio de España, aparta de mí este cáliz”:
“No nos parece exagerado decir que Vallejo vive la guerra de España como una visión histórica de la Pasión. Histórica, queremos decir, sin dios, sin trascendencia. Desde este punto de vista toman toda su importancia las ‘caídas de arquitecto’, y la inflexión que dan al poema hacia una ‘crucifixión a lo humano’”
Aunque infelizmente, van a disculpar si insistimos en esto, perspectivas y aportes de los vallejólogos, alrededor de la complejidad, que formatean –una y otra vez– al poeta como si éste fuese no universal, sino nada más otro de los suyos y cuya obra bastaría a ser descrita del modo suficiente :
“podemos rastrear en su escritura [de Vallejo] las huellas de un discurso que conduce su pensamiento desde las teorías de Taine, Rodó, Haeckel o Max Müller (etapa de Los heraldos negros), pasando por Maeterlinck, Nietszche, Shopenhauer, Hegel y los positivistas-evolucionistas (Trilce), hasta llegar al materialismo dialéctico de los Poemas Póstumos (Merino 250-251) [Antonio Merino, “Las estaciones de lo Real. César Vallejo y la (no) poética del 27”].
Para no referirnos, en específico, a los vallejianos peruanos, presentes también en este volumen, cuyos artículos son como una caricatura o, peor todavía, como una mueca aburrida respecto al de sus pares extranjeros.
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