miércoles, 19 de abril de 2017
Vallejo en Activado
[Podría salirme de Vallejo]
Podría salirme de Vallejo
Del estudio donde estudio
Su sonrisa
Y como siguiendo una cola de ratón
Derramar el pocillo para otro lado
Clavo y canela
Avena densa que poco a poco empapa
Y cubre el lienzo que te cubre
A lo lejos tu cabeza pequeña en el naufragio
De cerca tus labios comiendo despacio su avena
Todos tus padres muertos
Todas tus madres de igual modo
El único ser humano recién varado
Desde el vientre de un mango-papayo
Te cortas la respiración
Para no cortar con el poema
Para seguir para sembrar los bichos
Y las alimañas directamente contra tu cuerpo
Para probar hasta dónde resisten
Las alimañas que mueren
Contra el único ser humano vivo
(quedan otros pero eres tú y no otros)
Quedan otros en las sombras como todos
Levaduras de sombra, cojones y corazón.
sábado, 15 de abril de 2017
El “Cholo” Vallejo en agonía (A los 79 años de su sensible fallecimiento)
Qué inútiles tus pasos tan lejos de mi adolorida y lacerada espalda. De tu chuchita todavía sin desbravar. Sobre mis hombros se halla siempre el lugar de tus torneadas piernas. Y la pose que más me gusta, tanto como a ti, es la del perverso pollito. Entre estas imágenes deliraba Vallejo en su lecho de enfermo y justo a un par de días de irse. De irse, pero no venirse sobre la enfermera de origen argelino que le hacía recordar a su Otilia limeña. Tupidas cejas, entrenzadas y muy amplias; labios carnosos y siempre como en actitud de inflar un globo de feria. Absolutamente, cejas y labios, impúdicos para su tierna edad. Vallejo desvirgó a ambas. Es decir, a Otilia en la realidad; a su joven y diligente enfermera, Cardonia, sólo en el delirio de la fiebre. De esta manera aquella eterna habitación en el solar de “El Chirimoyo” --de los criollos Barrios Altos, distrito colindante al centro de Lima-- pasaba a adosarse a la aséptica de la parisiense Clínica Arago; y luego a confundirse por entero con ella. Y, aunque efímeras, en las contadas y casi imperceptibles treguas que le dio su postrer agonía, el “Cholo” fue de veras un hombre muy, muy feliz.
Nueva novela breve sobre el poeta César Vallejo, esta vez en Foz do
Iguaçu (Paraná, Brasil); y también, paralelamente, sobre Juvenal Agüero.
¡Fozi Lady! continúa la saga de Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2013).
miércoles, 12 de abril de 2017
César Vallejo: Tiempo de opacidad
Comunicación en la PUC-SP (28 de marzo último), invitado por el Grupo de Pesquisa “Barroco e Mestiçagem” que coordina el Prof. Amalio Pinheiro, conmigo en la foto; quien, además de constiuirse en el más importante vallejólogo brasileño actual [César Vallejo: o abalo corpográfico, César Vallejo a dedo (tradução), “Prólogo” a Trilce: húmeros para bailar], ha ido elaborando un pensamiento de extraordinaria importancia para los estudios culturales, transárea y propiamente de mestizaje en toda nuestra región:
http://www.pucsp.br/barroco-mestico/pensamento.html
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