VALLEJO SIN FRONTERAS se abre a la difusión del estudio y la creación artística en torno a la obra o figura de César Vallejo. Se distancia de las lecturas típicas y tópicas sobre este autor universal y, más bien, apuesta por lo heterodoxo; aunque con hondura intelectual, rigor persuasivo. Representa, asimismo, el medio de comunicación del VALLEJO SIN FRONTERAS INSTITUTO (VASINFIN). Contacto: vasinfin@gmail.com
Qué inútiles tus pasos tan lejos de mi adolorida y lacerada espalda. De tu chuchita todavía sin desbravar. Sobre mis hombros se halla siempre el lugar de tus torneadas piernas. Y la pose que más me gusta, tanto como a ti, es la del perverso pollito. Entre estas imágenes deliraba Vallejo en su lecho de enfermo y justo a un par de días de irse. De irse, pero no venirse sobre la enfermera de origen argelino que le hacía recordar a su Otilia limeña. Tupidas cejas, entrenzadas y muy amplias; labios carnosos y siempre como en actitud de inflar un globo de feria. Absolutamente, cejas y labios, impúdicos para su tierna edad. Vallejo desvirgó a ambas. Es decir, a Otilia en la realidad; a su joven y diligente enfermera, Cardonia, sólo en el delirio de la fiebre. De esta manera aquella eterna habitación en el solar de “El Chirimoyo” –de los criollos Barrios Altos, distrito colindante al centro de Lima– pasaba a adosarse a la aséptica de la parisiense Clínica Arago; y luego a confundirse por entero con ella. Y, aunque efímeras, en las contadas y casi imperceptibles treguas que le dio su postrer agonía, el “Cholo” fue de veras un hombre muy, muy feliz.
Trilce calendario solar vertical
Ceque mi llanto
Mi arritmia anímica inevitable
Mi abisal desamor
Contra los que leen a Vallejo
Como un socialista
Como un cristiano
Como un consumado ventrílocuo
Calendario que consulté
Que consultaba
Nomás estaba enamorado
Y veía ensartarse el amor
Tal cuentas de un collar
De perlas cultivables o no
Casi da lo mismo
Un collar un carrusel más bien
Que iba siempre hacia lo alto
Desde una simple emoción
Verla crecer hasta las nubes
Desde una sola desdicha
Desde una sola muerte
Que procuraba colgar sin demora
Sobre aquella noria
Sobre aquella nube de monólogos
En los momentos más frágiles
Unas lágrimas que eran también
Las de mi madre las de mi padre
Que no sé si alguna vez lloró
Las de mi hermanito Germán
Cuya flecha llega justo hasta aquí
Hasta esta agua que se cuela
Por la rendija
De esta puerta
Como se cuela
Este espejo que deslizo
Y abro para que le dé el sol
Les hablo desde todos mis años
Todos y cada uno y cada hora
Vallejo no era socialista
Vallejo no era cristiano
Vallejo no era poeta
Sino porque no había otro remedio
Y su mirada de roedor gigante
Acompañaba a la de la asexuada
Gaviota desde la que miraba
Cuando era un muchacho
Y la nube el sol la estrella fugaz
Los labios besándose de los astros
Aunque iba la mirada baja
Sabía me acompañaban
Sé que voy a morir
Sé que mi manera de leer
A Vallejo
Va a quedar en suspenso
No critico a los críticos
Menos los individualizo
La inmensa mayoría de ellos
Un arrecife de ganapanes
Tampoco aunque los deploro
Voy a hablar otra vez mal
De los poetas
Con una sola vez ya basta
Pero creo en Sasha Reiter
Como creo en Carlos Quenaya
Como creo en Ethel Barja
Sólo falta que ellos crean
También en ellos mismos
Y se aten al mástil de la existencia
Y no se cubran los oídos con cera
Hasta ya no creer más en sirenas
Y sí creer en el Sol
Y sí creer en Vallejo
El más tierno entre todos sus hermanitos
Tamara Kamenszain — Conferencia “César Vallejo: un posmoderno en la modernidad”
No hay que exigirle a Kamenszain que conozca mejor la biografía del poeta. Tampoco, mayor autoconciencia de la crítica vallejiana que se halla justo debajo de su lengua. André Coyné no lo es todo aunque, cómo no, sea muy importante. Sin embargo, esta expositora, con aires de la “Tana” Rinaldi, tiene magia para ese otro tango que es la poesía. Además, es intuitiva e inteligente. Pasemos a recrear sus aciertos de lo que dijo sobre la poesía del nacido en Santiago de Chuco, donde Kamenszain no constata dualismos ni grietas entre una época y otra, desde Los heraldos negros (1918), pasando por Trilce (1922) y recalando un tanto en el poemario póstumo, España, aparta de mí este cáliz. Nosotros acompañamos su discurso, procuramos dejarlo fluir; y, las pocas veces que lo intervenimos, usamos los corchetes.
Frente a la “vanguardia” autoritaria, actitud dialogante (posmoderna)… Vallejo “tira cosas como un anzuelo”.
De: “Hay golpes en la vida tan fuertes… yo no sé”
Entre lo “universal” y lo “personal” –separados por los puntos suspensivos– justo en esto último (“…”) o la “suspensión del sentido” o una V imaginaria, y no en otra parte, se halla la poesía.
Además, una de las letras con las que más él trabaja en Trilce es precisamente la V… busco volver de golpe el golpe… Trilce IX.
Trilce, laboratorio del escritor [¿sólo esto, en aras de un producto “mejor”?]
El trabajo con los números… está a favor de lo triple (3)… los puntos suspensivos, la suspensión… de allí el oxímoron o la paradoja permanente.
Investigación con la interlocución, el coloquio… “Las personas mayores”… quién habla, a quién le habla [“Quién hace tanta bulla…”, Trilce I]… mago del yo lírico, lo hace circular por diferentes voces… la 1era persona no está sino hasta el final… “recluso” (cárcel). ¿Habla como un niño o habla como la madre (“mamá” en Archivos) [“Niños, si tardo” de España, aparta de mí este cáliz]…cuidado en ir por ahí…“Madre dijo que no demoraría” … convoca al lenguaje de la infancia [Giacovate], no a los chicos, que es el lenguaje de la poesía… abre la poesía hacia el coloquio… Girondo, aunque semejante es distinto, lo suyo es como una investigación sobre el lenguaje.
Trilce está escrito en la cárcel… Coyné [Falso, consultar Espejo Asturrizaga].
“Poesía nueva”…manifiesto individual… no importa el lenguaje (vanguardia) sino la sensibilidad nueva (como ahora…)
Qué es la palabra Trilce… Larrea dice dulce es a doble como triple es a Trilce: el cristal se melaría y tomaría la horma de los sustantivos que se endulzan… Trilce: dulce y triple…
Lo humano ya no es lo humano del humanismo, sino lo poshumano [Andamos en esto desde nuestra tesis para BU (2003) y, con otros matices, continuamos en ello]… Jean Franco dice que Vallejo invirtió el código cartesiano… sufro y soy, pero no sé… certeza de vida y de existencia… no es el hombre de la modernidad… del poder: puedo escribir los versos esta noche (Neruda)… también Vallejo está animalizado, va mucho hacia lo animal: “caballísimo de mí!”… yo… mi “semejanza humana” no es el humano en el centro del mundo que sabe lo que quiere… las cosas son las que quedan haciendo la coartada… “Paris, octubre 1936”: “De todo esto yo soy el único que parte”… Es una especie de humanoide, ¿deshecho humano?; éste es el que va a la Guera Civil española…
Lo del nombre, poner el nombre o la firma dentro del texto es algo muy anticipado, no lo hicieron los vanguardistas… sí Francis Ponge (Derrida), pero posterior a Vallejo… exhibición de la firma porque Vallejo se retira como humano, no me creo un autor… algo semejante con las fechas (Celan)… título del poema…. Tatuajes… inscripción. Muy avanzado esto que hace Vallejo.
En España, … “libro maravilloso” [¡pillamos a la autora!]… ya está lo que hoy está de moda… el cronista o el periodista… auto-ficción y todo esto… se mete como un etnógrafo, pero anónimo u objetivo (Juan Villoro, testimonio del que no sabe)
La crónica traspasada por la experiencia, vida, células, lo que Vallejo pide desde “Poesía nueva”.
Pedro Rojas, Vivan los compañeros… la V de Trilce…
Pedro… dulcemente… en representación de todo el mundo… Vivan los compañeros… luchó con sus células… “su cadáver está lleno de mundo”, oxímoron entendido como ‘de la totalidad’… Vallejo, cronista de la posmodernidad.
PEDRO GRANADOS (Perú, 1955). Publica poesía desde 1978 (Sin motivo aparente); y ya son quince poemarios: Vía expresa, Soledad impura, Roxosol o, los recientes, La mirada (Buenos Aires: BAP, 2020) y Amerindios/Amerindians (NYC: Arte Poética Press, 2020); la cual ha sido traducida parcialmente al portugués, inglés y alemán. También ha publicado varias novelas cortas (Prepucio carmesí, Un chin de amor, Una ola rompe, Boston Angels, !Fozi lady! y, hace poco, Poeta sin enchufe). Tiene además algunos libros de crítica; entre estos su tesis de PhD para Boston University, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (Lima: PUCP, 2004); al cual se le suma, por ejemplo, Trilce: húmeros para bailar (2014) o Trilce/Teatro: guión, personajes y público, ensayo que mereció el Prêmio Mario González de la Associação Brasileira de Hispanistas (2016). Desde el 2014 preside el “Vallejo sin Fronteras Instituto” (VASINFIN). Actualmente vive en Lima, Perú.