Trilce educa. Acaso constituye la escuela poética que mejor educa. A falta de maestros contemporáneos en ambas orillas trasatlánticas (Vallejo dixit), aquél poemario se ha vuelto un aula y ha hecho –de los que la han frecuentado con candor de primarioso – unos seres anfibios. Mitad aire y mitad agua; torso humano y extremos de caballo; la parte sumergida y, la otra, iluminada por el fuego de una misma y anónima isla. Isla y archipiélago.
Y a esta paulatina metamorfosis y ascesis se expondrán, entre todos los lectores del poemario de 1922, su permanente y demudado traductor. Que es el caso de Amálio Pinheiro. Que ha sido su caso. Aunque más el caso de Trilce que, propiamente, el de Amálio:
No Brasil, temos duas traduções mais conhecidas, as de Thiago de Mello, que traduziu todos os 77 poemas, optando por uma tradução mais literal dos poemas, e a de Amálio Pinheiro, menos óbvia.
Na transcriação dos 77 poemas de Trilce [declara Pinheiro], trabalho/obsessão de mais de uma década, procurei manter a radicalidade dos poemas, buscando, na medida do possível, encontrar soluções inventivas para as invenções trílcicas (para usar um termo de Haroldo de Campos) (“César Vallejo, por Fred Girauta”) https://escamandro.com/2019/01/21/cesar-vallejo-por-fred-girauta/
Ao intemar-se em nosso cérebro e aí reexperimentar cordas vocais, Vallejo parece querer desligar essas junturas sinápticas que nos acostumam a uma determinada cadência favorecida pelo embalo mítico de milênios de memória musical. Propõe esquemas rítmicos de leitura que não se enquadram em nenhum folclorismo temático acalentado pelos anos: este facilmente pode vir a ser o prolongamento pitoresco de um modelo repetitivo que religa ritualmente a comunidade à tribo pela redundância da divisão rítmica. Corrompendo a expectativa de regularidades, Trilce pede uma mente policêntrica, contra qualquer legibilidade domesticável. Polilingüismo, polirritmia e polifonía (A.P.,“Cesar Vallejo: Tradução E Politica”. Cruzeiro semiótico. Associação portuguesa de semiótica. Nos 18-19, Janeiro-julho. 175-181. 1993. 179)
Y con estas reflexiones y testimonio sobre su aula trilceana, lectura y traducción, nuestro amigo Amálio Pinheiro se ha convirtido en el más aguzado vallejiano de esta parte del mundo; aunque su trabajo sea todavía poco conocido en Hispanoamérica. El Vallejo de Pinheiro –ante la escuela francesa (Coyné, Sicard, entre otros), el “modo anglo” de leer al “Cholo” (Franco, Higgins, Clayton, etc.) o la variopinta recepción hispanoamericana (Ortega, Ballón, Neale-Silva, Yurkievich, et all)– aquilata un peso específico y ha sabido (de algún modo la empezó Haroldo de Campos) configurar una consistente y persuasiva lectura brasileña del autor peruano. Y, con esto último, continuar la tarea de transvasamento cultural y afirmación postantropocéntrica –en toda nuestra región– en que se hallaba tan empeñado el autor de Trilce.
*Esta nota anuncia la aparición inminente de Trilce traducido, al portugués del Brasil, por parte de Amálio Pinheiro; gracias a la paulista revista y editorial Escombros.