sábado, 29 de febrero de 2020

TRILCENTENARIO


Empezamos, desde ya, y a nuestra manera, la celebración de tan magno centenario, Trilce (1922).  Por el momento, con un mini-curso a ofrecerse en Centro Cultural Brasil-Perú ("Trlce/Teatro: guión, personajes y público"), los días 10 y 12 de marzo (ver afiche).  Asimismo, con la propuesta de una línea de investigación de VASINFIN, titulada: "Poesía peruana y mediación conceptual", la cual se puede leer más abajo.  Invitamos a los investigadores  interesados a sumarse al desarrollo de esta línea de investigación.  La cual se verá plasmada en un libro, editado por VASINFIN (y algún otro co-editor),  a publicarse a inicios de 1922.  A estas propuestas se irán sumando otras iniciativas y, desde ya, damos la bienvenida a todas las que nos hagan llegar.  Mayores detalles a través del correo de VASINFIN (vasinfin@gmail.com).



Poesía peruana y mediación conceptual

“Si alzando las manos,
formando una garra,
pudiera desgarrar
mi cielo más próximo…
Quizá esa sea la destreza
del hombre del futuro.
Comerse su propio cielo”       (Granados 1986)

La capacidad mediadora de la poesía peruana --en perspectiva conceptual o multinaturalista[1]-- alcanza su plenitud con Trilce.  Logro que tiene sus antecedentes en el mito de Inkarrí, Dioses y hombres de Huarochiri  y la Nueva corónica y buen gobierno de Huamán Poma de Ayala.  Además, en su reacción a la poesía “mundonovista” del Modernismo (José Santos Chocano).  Así como, por otro lado, en cuanto aquel poemario de 1922 constituye una elaboración propia del costumbrismo limeño (Granados 2007) --tipo Ricardo Palma, Clemente Palma o José Diez Canseco--; lo mismo que del criollismo o ruralismo del grupo Colónida y Abraham Valdelomar (Granados 2017a).

Trilce que tiene en los 30′, a través de la poesía de Martín Adán, a su mejor glosador multinaturalista en clave barroco-coloquial.  Y ya en la generación del 50, dado el interés por la cultura precolombina entre la mayoría de sus miembros --sobre todo entre los motejados “puros” (Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela, etc.) y no tanto así entre los “sociales” (Alejandro Romualdo, Washington Delgado, Pablo Guevara, etc.)-- al poemario Estancias (1960) de Sologuren como un auténtico heredero de su poderosa mediación conceptual.  Obviamente, una vez catalizada la lectura de este último poemario con la antropología de Claude Lévi-Strauss, el budismo Zen (Daisetsu Teitaro Susuki) y, no menos, con lo que ha elaborado Eduardo Viveiros de Castro sobre el pensamiento amerindio.  Estancias, entonces, cual un concatenado repertorio de ideogramas o discretos diseños con los cuales entablar, desde el Perú, un diálogo intergaláctico.
Seleccionamos a Javier Sologuren, a quien dedicamos nuestra tesis de Bachiller en Humanidades por la PUCP (Granados 1987) y no, por el contrario, a Jorge Eduardo Eielson o a Blanca Varela –habiendo estos últimos incluso rescatado de modo explícito la herencia precolombina en sus poemas– porque en el primero de ellos prima el existencialismo tanto como, en la poesía de Varela, predomina el expresionismo. Ahora, no es que no sea posible, implicando a Lévi-Strauss o a Viveiros de Castro en nuestra tarea, levantar una topografía multinaturalista a partir de la lectura de aquellos poetas peruanos; sino que la fanopea de Javier Sologuren --acaso de modo paradójico en tanto poeta “puro” o en menor grado “ideologizado”--  mapea y sintetiza aquella mediación de manera simple y sorprendentemente elocuente (Rebaza 2000).
Por otro lado, y de manera secuencial, generación poética peruana de los años 60-70 que, a semejanza del subgrupo de los poetas “sociales” del 50′, estuvo intensamente interesada, acaso con la solitaria excepción de Luis Hernández Camarero, en la real politik y no en lo post-humano (otra manera de aludir al multinaturalismo).  Así como los poetas peruanos --del 90 y del 2000-- escasamente se concibieron amerindios.  Y, más bien, estos últimos asumieron y ventilaron en sus obras diversos tipos de problemáticas globalizadas y urbanas como la de la identidad (género, etnicidad), ecología e incluso una construcción cultural filantrópica como la del multiculturalismo; además de ensayar un desmontaje semiótico generalizado: “giro lingüístico”, “giro visual”, etc.  Ante este panorama, es recién hasta la poesía de la denominada generación de los años 80 (ejemplos, Magdalena Chocano o este autor) y, también, la de dos poetas contemporáneos y al mismo tiempo marginales  de Hora Zero (años70) como José Watanabe y Vladimir Herrera, cuando la mediación conceptual vía el “giro ontológico”[2] o el multinaturalismo --y, no menos, la extraordinaria irradiación de Trilce-- se ha tornado tan marcadamente relevante e influyente en toda nuestra región: “Vallejo en español selvagem y portunhol trasatlántico” (Granados 2017b).

Obras citadas
Alberti, Benjamin.  “Arqueología de la ontología”, en: Annual Review of Anthropology,        2016, 45: 163-179.  Traducción Andrés Laguens, octubre 2017.
Granados, Pedro.  Trilce/Teatro: guión, personajes y público.  Brasil: ABH, 2017a.
———– “Vallejo en español selvagem y portunhol trasatlántico”.  Sibila,  2017b
——— “Estancias, síntesis de imágenes aéreas en la poesía de Javier  Sologuren (1942-1960)”      Tesis  Bachiller, PUCP, Lima-Perú, 1987.
———– Vía expresa.  Lima: INC, 1986.
Rebaza, Luis.  La construcción de un artista peruano contemporáneo.  Lima: PUCP,        2000.
Rizo Patrón, Rosemary
            “Multinaturalismo e interculturalidad en el horizonte del      mundo de la vida”, en: Anuario colombiano de fenomenología, volumen VII, Pereira, Co.: Universidad Tecnológica de Pereira/Editorial UTP. Vol. I, 2013. 195-209.

[1] Según la cual: “se afirma la unidad (‘universalidad’) de un espíritu cósmico versus la diversidad (o ‘particularidad’) de los cuerpos naturales (Rizo-Patrón 196).

[2] “Las aproximaciones ontológicas críticas [ni “naturalismo” ni “constructivismo”] están unidas en su cuestionamiento de la capacidad de la ontología moderna de la sustancia cartesiana—la visión de que el mundo está dividido en dos tipos de sustancias, materia extendida y pensamiento—para explicar plenamente el mundo material.  Fundamentalmente, la metafísica alternativa consiste en ontologías relacionales.  Más que hechas de objetos discretos o piezas de materia, todas las cosas están constituidas por sus relaciones. […] Un nuevo lenguaje intenta imaginar la compleja topología de estas realidades relacionales, incluyendo la “red” de Latour (2005), la “malla” de Ingold (2007, 2012) y la “mezcla” o “enredo” de Barad” (Alberti 2017).  Y, no menos, el “multinaturalismo” (1996); aunque: “Es revelador que el objetivo de Viveiros de Castro –sistematizar el pensamiento amerindio en una metafísica tal que pueda tener un efecto recíproco sobre el pensamiento antropológico y la metafísica “naturalista” u occidental—rara vez es citado.  Como tal, mucha de la ontología social y la nueva arqueología animista omiten la postura crítica de la obra de Viveiros de Castro” [Aunque esto ya lo curé desde la obra de un poeta “amerindio” como Javier Sologuren, y sustenté en la PUCP ya en 1987] (Alberti 2017).



miércoles, 1 de enero de 2020

En vísperas del 2022, año de Trilce


Se ofrece un seminario, “Trilce/teatro: guión, personajes y público”, el cual constituye a su vez la difusión y comentario detallado de un libro de nuestra autoría con el mismo título.  Estudio ganador del PRÊMIO MARIO GONZÁLEZ (Categoría Literatura, Editora Associação Brasileira de Hispanistas (ABH), 2016) cuyo enfoque lo podríamos resumir del modo siguiente:
Desde la perspectiva del ensayo de César Vallejo, “Notas para una nueva estética teatral” (1934), se lee Trilce (1922) en tanto teatro. Poemario u “obra teatral” con guión (mito de Inkarrí), determinados personajes, a la larga andróginos todos, y dirigida a un público tanto de la Lima de la época (años 20, s.XX) como del presente y averseas (años 20, s.XXI).
Aquellas instituciones interesadas en organizar este seminario pueden entrar en contacto con nosotros, “Vallejo sin Fronteras Instituto” (VASINFIN), a través del correo:
vasinfin@gmail.com

martes, 5 de noviembre de 2019

Stephen M. Hart (2019). El Vallejo «verde» de Los heraldos negros. Revista Archivo Vallejo 4(4): 47-71

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Vallejo   deliberada   y   conscientemente   crea   una   dimensión   endogámica en el terreno del lenguaje poético, la cual es análoga al  incesto  genético (Hart 68)
Obvio, desde una perspectiva  positiva y lineal del parentesco, no rizomática; la cual constituye, esta última, el modo específico y cultural donde debemos situar a la “familia” o el archipiélago o el “ciliado arrecife” donde nació el poeta.
¿Cuál  es  el  resultado  de  la  decisión  tomada  por  Vallejo  de  «endogamizar» la lengua? Primero, se nota que las palabras gozan de esta pérdida del control y empiezan a crear un nuevo mundo  basado en nuevas leyes; un adjetivo, por ejemplo, puede adoptar  la  modalidad  de  otro  componente  gramatical,  el  sustantivo  puede comportarse como si fuera un adjetivo, el adverbio puede disfrazarse de sustantivo, y el sujeto puede convertirse en objeto. Esta  aventura  llegaría  a  su  cúspide  en  Trilce, pero  ya  existen  algunos  indicios  de  esta  trayectoria  en  Los  heraldos  negros (Hart 69)
¿Y Quevedo?  ¿Y Góngora?  Aquellas metamorfosis, el tantear y ventilar conceptualmente  diferencias y simetrías, le vienen a César Vallejo de sus atentas lecturas del Barroco; en particular, de la poesía de Luis de Góngora (Ej. Fábula de Polifemo y Galatea) que remite, asimismo, a la Metamorfosis de Ovidio.  En este sentido, no olvidemos que los famosos protagonistas de aquella fábula gongorina –Polifemo, Galatea, Doris y Acis– son todos ellos, tras distinta apariencia y función en el poema, finalmente agua (Granados: Trilce XLVII y el “no nacido”).

Otro texto, directamente relacionado:

martes, 15 de octubre de 2019

CRISALIENTO



Letra: César Vallejo
Música: Gérard Grise
Guión — Andrés Ajens

sábado, 24 de agosto de 2019

Los heraldos negros: «fermento[s] de Sol»


Abstract:

En  «Nostalgias  imperiales»:  «[Yo  soy]  Un  fermento  de  Sol  /  ¡levadura  de  sombra  y  corazón!»  («Huaco»),  de  Los  heraldos  negros  (LHN),  la  palabra  «fermento»  —vinculada  al  «Sol»  actuando en la «sombra y corazón»— resulta semejante, aunque no  equivalente,  a  fragmento.  En  este  sentido,  y  tal  como  estudiamos en nuestro libro Trilce: húmeros para bailar (2014), el poemario de 1922 no se hallaría «fragmentado» o constituido de «fragmentos» (vanguardia histórica europea), sino, más bien, fermentado o «fermentando» (Inkarrí).Los  «heraldos»,  en  tanto  «fermentos  [de  Sol]»  de  LHN, constituirían una comunidad (jardín de Epicuro) o archipiélago andino susceptible —aunque ya opaco o mestizo— de extenderse de  manera  universal.  Una  reflexión  específica  y  concentrada  —«escena cerebro»— de lo mismo (naturaleza y función de los «fragmentos»)  la  constituiría  Trilce.  Es  por  tal  motivo  que  este  poemario resulta más «abstracto» o «teórico» que LHN.  Por  su  parte,  España,  aparta  de  mí  este  cáliz,  constituiría un  señalamiento  y  reconocimiento  explícito  —ya  universal  y  multitemporal,  en  «[Niños]  si  tardo»—  de  aquel  mismo  archipiélago  andino,  simétrico  y,  acaso,  esta  vez  un  tanto  más  evangélico  o  menos  «pagano»  (pensamiento  amerindio  o  epicúrico) que Trilce.Por  lo  tanto,  postulamos  que  «los  heraldos»  son  «negros»,  al  modo  de  aquel  enterrado  y  activo  «fermento[s]  de  Sol»  del  poema  «Huaco»;  «niños»:  traviesos,  manchados,  embarrados.    Y,  además,  «levadura»  en  cuanto  «niños»  como  significado  de  promesa,  primicia  o  futuro  de  un  mundo  siempre  perfectible.    Niños que sobrevivirán al aborto (Trilce) o a las balas (España, aparta de mí este cáliz) en un ayllu multicultural, multinacional, multitemporal  y  multidimensional  donde  la  vida  alienta  un  continuum.
Palabras clave: poesía, César Vallejo; Los heraldos negros; Inkarrí, fragmento/fermento.

miércoles, 7 de agosto de 2019

El periodista César Vallejo/ Eugenio Chang-Rodríguez (Fichas)

“prosa posmodernista que escribió los últimos 13 años de su vida” (Chang 11)
“publicadas entre 1918 y 1938 conforman un corpus de cerca de 250, de las cuales 178 fueron escritas entre 1926 y 1929 en un promedio de dos semanalmente […] Los rezagos modernistas son evidentes en una crónica suya de 1925 [“Desde Europa”]” (Chang-Rodríguez 12)
“En 22 crónicas posmodernistas se ocupa de la puesta en escena de obras teatrales o de sus autores… Vallejo fue testigo de la crisis del teatro, agravada entonces por el rápido desarrollo de la cinematografía… Vallejo apreció la inyección tonificante del vanguardismo [Seis personajes en busca de un autor] (Chang-Rodríguez 14)
“Influido por Nietszche, el poeta-cronista llegó a creer que el espíritu de heroicidad y el sacrificio personal eran características esenciales del intelectual revolucionario.  Las crónicas muestran cómo el poeta enfrentó los rigores del stalinismo y cómo la revolución no lo satisfizo plenamente […] Sin embargo, al examinarlas rigurosamente, se percibe la concepción espiritualista de la realidad última que subyace en el mundo fenomenológico de Vallejo, el sustrato explicativo de su visión del universo y la complejidad de su arte y filosofía” (Chang-Rodríguez 15)
“A diferencia de Mariátegui, Vallejo, vanguardista desde 1919, cuando escribió la mayor parte de Trilce (1922), fue adverso al surrealismo […] y observa que semejante anarquía y desagregación no se había visto sino entre los filósofos y poetas del ocaso de la civilización grecolatina […] Vallejo le niega su aspecto constructivo y resalta la falta de originalidad de esta pomposa teoría y abracadabrante método  esbozado y condensado por Apollinaire […] cuyos pesimismo y desesperación –etapas y no metas– ‘se perennizaron en su inercia estéril y desarrollaron en el movimiento una psicopatía de bufete y se atomizaron y a la postre lo divorciaron del marxismo con refinamiento burgués’” (Chang-Rodríguez 16)
“Antes y después de ingresar al partido comunista español (1931), Vallejo tuvo expresiones duras para el movimiento hacia el cual abrigó por muchos años un sentimiento ambivalente y contradictorio […] Al ocuparse de “Los doctores del marxismo” [El arte y la revolución], Vallejo fue claro al expresar su independencia de criterio y libertad artística” (Chang-Rodríguez 17-18)
Chang-Rodríguez, Eugenio.  “Las crónicas posmodernistas de César Vallejo”.  Inti, vol 1, n 36 (1992) 11-22.

miércoles, 17 de julio de 2019

Congreso Internacional Los heraldos negros: 100 años después


Al centro, Manuel Velásquez Rojas; al otro extremo, Américo Mudarra. Un servidor lee su ponencia, Los heraldos negros: «fermento[s] de sol».
Este muy significativo congreso viene con sus actas ya listas; las mismas que están al alcance del público bajo el sello editorial del Centro de Estudios Vallejianos.