La idea de esta nueva
línea de investigación de Vallejo sin Fronteras Instituto, surgió en el
contexto de nuestra tarea docente en tanto profesores visitantes de la UFAC/ Programa
de Pós-Graduação em Letras-Linguagem e Identidades (PPGLI),
Rio
Branco, Brasil; curso, “Humanidades de César Vallejo. Centenario de Trilce” (sept.-oct. 2021). En específico, en tanto y en cuanto, mientras
en el aula nos familiarizábamos con Trilce, dejamos a nuestros
estudiantes una específica tarea:
¿Cómo nos podría servir Glissant para conectar
el portunhol de la poesía amazoense con ciertos tonos o cadencias --y a partir
de aquí, sentidos, temas, dramas o alegrías-- con la del resto del mundo? Aunque, ciertamente, primero deberíamos
encontrar esa poesía --porque sin duda
ya existe (en la rua o en el habla cotidiana)-- o "inventarla"
catalizando, su oralidad, con Trilce. Me
gustaría traigan a clase algún tono o fragmento de la oralidad del habla que
escuchan en la rua y lo conecten a ciertos versos o algún pasaje de
Trilce. Los que hagan esto alegrarán
mucho a Vallejo. Este ejercicio lo
publicaremos en el blog; pero, el que gusta, lo puede desarrollar un poco más a
modo de trabajo final.
Aunque
muy pronto, en tanto docentes, caímos en la cuenta que nuestros estudiantes
requerían no sólo familiarizarse con aquel poemario de 1922; sino, dada la
complejidad u “opacidad” del mismo y de la propuesta de César Vallejo en su
totalidad (Granados 2017), brindarles ciertas claves metodológicas, denominadas
aquí “retóricas sin nombre”, a modo de pertrecharlos para llevar a cabo aquella
tarea encomendada. Metodología, como veremos
en seguida, no sólo adaptada para leer Trilce, sino también otros “textos”
de análoga complejidad; como pueden serlo Tacora (Lima) o el portunhol (“selvagem”)
de las calles de Rio Branco (Brasil). De
esta manera, identificamos tres aportes, destacados en negrita, el de Amálio
Pinheiro, Doris Sommer y el de este servidor.
Penso
[respecto al portunhol selvagem] que pertence a essa tradição da mescla, tão
bem mapeada por Granados (Vallejo ao fundo), a poesia hiper-paródica de Juó Bananére (Pindamonhangaba, 1982/ São Paulo, 1933). Tudo
que escrevia era num portuliano ítalo-caipira marchetado de elementos regionais
e italianismos de todo tipo, com que satirizava todas as figuras e
costumes da época a partir de uma ebulição plurilingue em redemoinho de falas,
sotaques, entonações, garatujas. Os imigrantes formavam a maior parte da
população. Juó expressava essa morfose que ia da cultura à garganta, forma
de conhecimento [figura retórica] sem nome ainda. É chamado de
pré-modernista no Brasil, mas isso diz muito pouco. Publicou “La Divina
Increnca”; tudo que escrevia em todos os gêneros era radicalmente uma trama
macarrônico-imigrante. Dizia do sério Ruy Barbosa: “Ri Barbosa”. Exemplo de uma
de suas paródias:
“Minha
terra tê parmeras
che
ganta inzima o sabiá.
As
aves che stó aqui
Tambê
tuttos sabi gorgeá.
É
uma figura que se situa próxima de Oswald de Andrade (que o aplaudiu em vários
textos) e do poeta da música popular paulistana Adoniran Barbosa. Pinheiro (2021).
“Mas,
entrando en el detalle, creo que el gesto de mi madre tiene que ver con el
"secreto" al que
se atienen, para
sobrevivir, los subalternos
de todo el
mundo: "Desde hace
mucho tiempo, en
mundos ajenos a
Adorno, la gente
ha sabido que
su propia protección dependería de ser discreta,
lacónica, ambigua o reservada con respecto a su identidad" (Sommer 48); y
probablemente el gesto de mi madre, en este caso concreto, resulte
al menos doblemente
reticente: "Para aprender
a leer estos
textos reticentes habrá necesidad
de percibir los re-paros.
Tan inesperados como los rodeos narrativos de Flaubert, las repulsas a
la familiaridad deberían producir esas brechas que Gerard Genette describe como
figuras retóricas, si las reconociéramos" (Sommer 36)”
(Granados 2013: 1-2)
Una
tercera figura retórica, aún sin nombre, aunque consecuencia de las dos
anteriores, sería la de discreta alegría. La cual no se confundiría con el reparo o la
reticencia porque no tiene que ver tanto con la información (mayor o menor);
sino con una condición vital-gnoseológica (cualitativa). Y, asimismo, tampoco se limitaría, por
ejemplo, a la generalizada sátira o constante “carnavalización” de un Juó
Bananére porque este proceder es típico de la “mezcla”: Barroco frente a
didáctica o Neoclásico; Neo Barroco latinoamericano, requiebro y risa afro
añadida a nuestras propias “Soledades”; Neo Barroso del cono Sur, risa
desdibujada por onanista teoría francesa; portunhol selvagem, el tupi-guaraní
arrojando baldes de agua fría contra aquella teoría porteño-francesa, etc. No, la sátira (la rebelión, lo contestatario,
el desmontaje semiótico a punta de bailar con las más diversas y aclimatadas
glosolalias), aunque se le pueda acaso confundir, no es exactamente la discreta
alegría de los subalternos del mundo. Esta
última no sería circunstancial ni arbitraria ni aleatoria, sino un
convencimiento previo en el locutor frente al destinatario (Ejem. “La cólera
del pobre” de César Vallejo); algo “extra” o en exceso de parte de los
subalternos, aunque una mirada exterior los perciba invariablemente como sujetos
damnificados. Perspectiva, obvio, que es
aprovechada por los propios subalternos para sacar alguna ventaja o circunstancial
cosa de provecho.
Ahora, aquellas tres retóricas sin nombre no ameritan las apliquemos sólo para estudiar la oralidad; ni únicamente la poesía culta ni tampoco solamente Trilce. Más bien, aquellas nos ayudarían a despejar, al menos un tanto, la opacidad inherente al intercambio entre los subalternos y nosotros, los investigadores o curiosos de variada laya: antropólogos, literatos, diletantes del mundo uníos. Y, precisamente, en este sentido va aquello de “Trilce - Tacora: Retóricas sin nombre”. Siendo Tacora el mercado de pulgas más grande y antiguo de Lima y del Perú, donde confluye una inmensa y variopinta clase popular o subalterna; y siendo Trilce, en estricto, un poemario escrito en Lima (entre 1918-1921) y publicado en esta misma ciudad (1922). Libro, además, que es expresión y fervor de lo popular (Granados 2007, 2014) y donde se nutrió de modo muy significativo el lenguaje de César Vallejo. Por lo tanto, el lenguaje de Trilce y el habla y quehacer de Tacora, poemario y mercado popular, ambos definidos por el reciclaje o la “tachadura” (Ortega), concurren para ser escuchados y analizados aquí bajo aquellos tres recursos retóricos todavía sin nombre. “Tachadura”, debemos aclararlo, no sólo en el sentido de sustraer y –a costa de hacer más económica u opaca la comunicación-- nuestra escritura gane en complejidad e interés; esto último constituiría acaso sólo un aspecto de la “reticencia”. Sino, y en tanto la relación “cultura-garganta”, en el sentido que Trilce y Tacora interrumpen y reelaboran creativamente --a favor del subalterno-- un circuito de dominación, homogeneización y domesticación cultural, en el primero, y asimismo comercial o económica en Tacora. Estrategias de alegría comunes son las que se acreditan en poemario y mercado. Se tacha para hacer emerger la palabra propia; la economía informal interrumpe la absurda lógica del capitalismo para celebrar –de modo explícito: se inventa constantemente con la palabra sonora y a cierta hora también se bebe-- porque los precios andan nivelados con a las personas y jamás a la inversa.
Referencias
Granados,
Pedro (2017) César Vallejo: Tiempo de opacidad. Rio Branco, Brasil: Nepan.
Granados,
Pedro (2014) Trilce: húmeros para bailar. Lima: VASINFIN.
Granados,
Pedro (2013) “José María Arguedas y mi mamá”. Revista Sures, No1, 1-4.
Granados,
Pedro (2007) “Trilce, muletilla del canto y adorno del baile de jarana”. Lexis,
Vol. 31, No. 1-2, 151-164.
Matos
Mar, José (1986) Desborde popular y crisis del estado. El nuevo rostro del Perú en la década de 1980. Lima: IEP.
https://repositorio.iep.org.pe/bitstream/handle/IEP/666/peruproblema21.pdf;jsessionid=766B0685A41EE546BF43AFC6B827847A?sequence=2
Ortega,
Julio (2011) “Vallejo: una poética de la tachadura”. Ínsula: revista de letras y ciencias humanas, Nº 777. 16-19
Otta,
Eliana (2014). “Proceso urbano y dinámicas en el reino de la reutilización:
Tacora”. Revista Colmena. Lima.
https://elianaotta.files.wordpress.com/2018/03/ciudad_tacora_baja.pdf
Pinheiro,
Amálio (2021) Comentario a “César Vallejo en español selvagem y portunhol trasatlántico”, Blog de Pedro Granados,
21/10/21. 10/21.
Sommer,
Doris (2005) Abrazos y rechazos. Cómo
leer en clave menor. México: FCE.
Tacora
y la historia del mercado de La Victoria
Outra farta vertente conexa possível está naquela fala biografemática de Vallejo, quando esquartejava à exaustão as palavras e discursos dos poetas e políticos da moda e de plantão, revelando sílabas e cadências repetitivas ou inusitadas. Esta ação poética prévia, popular e cotidiana é uma espécie de gênero de base que passa tradutoriamente para os poemas. O mesmo foi feito com a descoberta da não-palavra ou quase-palavra "Trilce". É uma sorte de "Magistral demostración de salud pública" ("Contra el secreto profesional", 1973: 56), em que, por exemplo, todos os chamados "erros" ortográficos ou gramaticais e sintáticos passam a complexos dispositivos operatórios plurilingues saídos da vida do cidadão comum. Pensemos em tudo que o Cholo fazia com as trocas entre "b" e "v", onde se expunha uma Babel rotativa da voragem dialetal ameríndio-negroide-peruana (disse Sarduy, sobre a vocalização cubana das ruas: "Quando o falar cubano se agita, há várias línguas, várias civilizações que se expõem, e o centro não está em parte alguma"). Trata-se de uma dança vocal da "multiplicação do múltiplo" (Viveiros de Castro). Que episteme é essa, minha gente? Vallejo transformava isso em tauxia (do árabe, bordar) ou, em castelhano, "taracea" (do árabe, incrustar). A saber, entre tantos casos: "Vusco volvvver de golpe el golpe. (...) Busco volvver de golpe el golpe." Esta é uma pista: ler em tauxia; leer en taracea. Aprender trilcicamente, na ribalta do cotidiano, escutando e conversando nos bairros da sua cidade, no meio do mato e no litoral.
ResponderEliminarGracias, estimado Amálio, por este valioso aporte.
ResponderEliminar